Manos Unidas ha podido confirmar que el presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, ha sido destituido de su cargo por el antiguo jefe de los servicios secretos de Burundi, el general Godefroid Nyombare. El motivo de este golpe ha sido la intención de Nkurunziza de presentarse a un tercer mandato cuando la constitución de Burundi lo prohíbe expresamente.
Manos Unidas ha podido confirmar que el presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, ha sido destituido de su cargo por el antiguo jefe de los servicios secretos de Burundi, el general Godefroid Nyombare. El motivo de este golpe ha sido la intención de Nkurunziza de presentarse a un tercer mandato cuando la constitución de Burundi lo prohíbe expresamente.
El descontento de los burundeses había quedado patente, sobre todo en Bujumbura, la capital, donde en las últimas dos semanas, los enfrentamientos entre los opositores al gobierno de Nkurunziza y las fuerzas de la policía se han saldado con numerosas víctimas y cientos de detenidos. Según diversos medios, esas calles, que hace tan solo unas horas albergaron la última protesta contra el presidente, son escenario, ahora, de manifestaciones de júbilo.
La irregularidad en esta convocatoria de elecciones, previstas para junio, ha sido también el detonante del ultimátum que los obispos católicos dirigieron al presidente recientemente depuesto.
Una Iglesia que, como nos relataba recientemente uno de nuestros contactos en Burundi “Ha sabido ser en medio de las tribulaciones una “experta en reconciliación y respeto de la dignidad de cada hombre”.
“Por eso, con valentía, los Obispos de Burundi escribieron un mensaje pidiendo al Presidente de Burundi que no se presentara como candidato, avasallando la constitución admitida por todos. Lo que pedían era respetar el pueblo burundés reflejado en su constitución. Y a este mensaje añadieron una petición de nueve días de oración por todos los cristianos para que todo pase en un clima de paz”.