Para CIDSE, los ingredientes principales para que la cumbre sobre el clima de Doha, 26 de noviembre - 7 de diciembre de 2012, sea un éxito, son: mayores recortes a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), fondos disponibles para ayudar a las comunidades vulnerables más afectadas por el cambio climático y un plan de trabajo claro, con el fin de alcanzar un acuerdo mundial sobre el clima en 2015.
Con el fin de allanar el camino hacia un acuerdo sobre el clima que sea justo, eficaz y vinculante, en 2015, CIDSE y Caritas Internationalis, que representan a 180 organizaciones católicas para el desarrollo, entre las que se encuentra Manos Unidas, afirman que Doha debe determinar compromisos serios y progresos concretos.
Aunque todos hemos de asumir nuestras propias responsabilidades para hacer frente al cambio climático, las economías más avanzadas deben tomar la iniciativa y reducir las emisiones de manera significativa. El Protocolo de Kioto es en la actualidad la única herramienta vinculante para reducir las emisiones, sin embargo, muchos de los mayores emisores de GEI o no lo han firmado o se retirarán de él, al comenzar el segundo periodo de compromisos del Protocolo, en enero 2013.
“Demasiado poco y con pocas ambiciones: ese es el problema principal. El nuevo informe del Banco Mundial demuestra que estamos llegando a un mundo de +4º y esa es la última de una serie de sirenas de alarma, que deberían escuchar todos los países y hacer algo al respecto. Necesitamos recortes mayores y una economía sostenible, de bajo consumo de carbono, que proteja a las poblaciones más vulnerables, que sufren cada vez más las consecuencias de unas condiciones climáticas extremas y para salvaguardar las generaciones futuras”, dice Bernd Nilles, el Secretario General de CIDSE.
En 2010, los países desarrollados crearon el Fondo Verde para el Clima (GCF), prometiendo 100 mil millones de USD al año hasta el 2020, para la necesidades vinculadas al clima en los países en vías de desarrollo. En diciembre de este año, termina el primer periodo de financiación para el clima, pero no hay certeza sobre el futuro de la financiación, a partir del 2013.
“Los más pobres y vulnerables del mundo, especialmente los pequeños agricultores de los países en vías de desarrollo, que sufren las peores consecuencias de un problema creado por otros, deben estar al centro de las negociaciones sobre el clima. Sin embargo, ¿cómo se supone que pueden progresar estas negociaciones si los países ricos retiran las promesas que hicieron para apoyar los esfuerzos de adaptación al cambio climático?”, dice Michel Roy, Secretario General de Caritas Internationalis.