En medio de gritos de dolor algo nuevo está naciendo

Pedro Sánchez. Red "Iglesias y Minería". Foto: Manos Unidas/Irene H-Sanjuán
Pedro Sánchez
Miembro de la Red Iglesias y Minería, que forma también parte de la REPAM (Red Eclesial Panamazónica).

En los últimos meses los gritos o llamados provenientes de la región amazónica se han incrementado. Son voces no solamente de las comunidades y pueblos originarios de la Amazonía. El clamor que se esparce por el mundo proviene también de los ríos, los bosques, los animales y toda la maravillosa biodiversidad que habita en dicha región.

La última "Asamblea Mundial por la Amazonía", que congregó a más de 3000 personas de todo el mundo, nos dijo en su pronunciamiento final que, actualmente, la Amazonía se vuelve más visible, no sólo por los desastres que está causando la pandemia de laCovid-19, sino porque se vuelve más evidente que las políticas económicas de ecocidio, etnocidio y terricidio avanzan peor que el virus.

El Papa Francisco, luego del Sínodo de la Amazonía, publicó la exhortación “Querida Amazonía”, una especie de carta amorosa dirigida especialmente a quienes habitan dicha región, pero como él mismo lo explica, un llamado a todas las personas del mundo.“Querida Amazonía”, marcó el inicio formal del período postsinodal. Un camino novedoso orientado a la construcción de una nueva forma de ser iglesia y de vivir el cristianismo en dicha región. Un camino inspirado en la vida de muchos mártires que ofrendaron sus vidas en defensa de los pueblos amazónicos, sus territorios y sus culturas.

Foto: Vatican News

Sin lugar a dudas, todo el proceso de movilización y preparación del sínodo amazónico -que significó sobre todo escuchar los gritos de la Amazonía con actitud de respeto a esa tierra sagrada-, así como las conclusiones del Sínodo realizado en el Vaticano y luego la exhortación “Querida Amazonía”, han sido hitos claves para que la humanidad tome una mayor conciencia sobre la urgencia de defender y cuidar la Casa Común y en particular las regiones con biomas tan esenciales para la continuidad de la vida como son la Amazonía, la Cuenca del Río Congo en África, el acuífero Guaraní, los bosques de Centro América y México y tantos otros espacios donde la naturaleza viene siendo salvajemente agredida por este sistema económico que mata en nombre del dios dinero y del llamado desarrollo.

Es evidente que para lograr una gran movilización mundial en defensa de la Amazonía, la Iglesia requiere no sólo de una profunda conversión institucional y personal de sus miembros sino también de sumar iniciativas con otras instancias y otros actores sociales. Esta convicción es lo que explica la fuerte presencia y participación de entidades religiosas y de la propia Red Eclesial Panamazónica (REPAM) en la reciente Asamblea Mundial por la Amazonía (AMA).

El cardenal Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo y vicepresidente de REPAM, destacó el cariño del Papa Francisco por la Amazonía, así como la decisión de la Iglesia de acompañar a todos los pueblos indígenas desde su gran riqueza social, cultural y ecológica. El cardenal peruano recordó que el hermano Francisco, como se refieren a él los pueblos originarios de la Amazonía, “escuchó el grito de los pueblos amazónicos”. Barreto, reconoció la riqueza cultural de los pueblos amazónicos, “que enriquecen este momento difícil que estamos viviendo en la Amazonía y en el mundo”. El vicepresidente de la REPAM criticó también la fragilidad de este sistema tecnocrático que no tiene rostro humano, así como la tortura a lo largo de siglos sufrida por las poblaciones amazónicas. Por ello, dijo: “no podemos permitir el genocidio y ecocidio actual, tenemos que unirnos, crear conciencia de la unidad en la diversidad”.

El Cardenal Barreto dejó muy claro que “la Iglesia católica está muy atenta y acompaña (a los pueblos indígenas) en este proceso de reivindicación y en su actitud firme de defensa de nuestra casa común”. Finalmente lanzó un desafío mayor: la convocatoria de una asamblea mundial de pueblos originarios de toda la humanidad, como un paso decisivo en la defensa de la vida y que los pueblos originarios sean protagonistas de una nueva visión que respete la vida humana.

La pandemia COVID 19 y los pueblos amazónicos

Si países como Italia o España, que tienen sistemas de salud muy superiores a los que existen en América Latina, experimentaron y experimentan, de manera dramática, los azotes del Coronavirus, es fácil imaginar entonces la dolorosa y angustiante situación por la que están atravesando los pueblos indígenas y comunidades amazónicas.

Gracias a un trabajo sistemático de la REPAM, hemos podido seguir el impacto diario de la Covid.19 en esos territorios. Los datos son actualizados permanentemente y publicados en el sitio web: https://redamazonica.org/covid-19-panamazonia/

Según estos informes, hasta el 28 de septiembre, más de un millón doscientos mil habitantes de la Amazonía ya habían sido confirmados de contagio (1.221.152). El número de fallecidos a esa misma fecha era de 31.102 personas. Dicen los expertos que a ese número de “confirmados” se puede multiplicar por 2 o por 3 para tener un aproximado más exacto.

¿Qué hacen las iglesias locales frente a esta alarmante y dolorosa realidad? Indudablemente, no sólo rezar.

Denuncias y reclamos a los estados para una pronta y mejor atención a la población, campañas de solidaridad para atención médica y alimentos a las familias afectadas, compra e implementación de plantas de oxigeno como apoyo a los hospitales y centros salud, jornadas de información y educación en idiomas propios; es decir, presencia directa y solidaridad efectiva.

“La pandemia se está llevando a nuestros sabios ancianos, a quienes nos ayudan a preservar la memoria histórica y nuestras culturas, a nuestros líderes espirituales, a quienes nos enseñan la filosofía de vida y nuestra cosmovisión del mundo”, afirma Gregorio Mirabal, presidente de la Coordinadora de Organizaciones Amazónicas de la Cuenca Amazónica (COICA).

Pero los efectos de la pandemia se agravan hasta llegar al ecocidio y genocidio cuando los gobiernos dan mayores facilidades al ingreso de las empresas extractivas destructoras de la naturaleza y que contaminan el aire y los ríos como lo hacen las empresas mineras, las petroleras, madereras, ganaderas y agroexportadoras en general. Por ello, la Asamblea Mundial por la Amazonía ha planteado también la necesidad de coordinar acciones de boicot a las empresas que destruyen la Amazonía.

Súmate a las campañas de presión e incidencia a favor de la Amazonía

Diversas son las campañas de incidencia, sensibilización y de acción que buscan poner freno o al menos disminuir el impacto negativo de las empresas que destruyen la Amazonía. Desde nuestras actividades y conductas personales o institucionales podemos ayudar y ser solidarios con la región amazónica.

  • Moratoria a las actividades extractivas en la Amazonía

Se trata de un conjunto de acciones impulsadas por Amazon Watch. Frente a la situación de emergencia por la Covid-19, es urgente una moratoria inmediata de las actividades extractivas como el petróleo y la minería. El Cambio Climático no espera y los gobiernos de los países amazónicos insisten en nuevas rondas, licitaciones y prospección de hidrocarburos. Por el contrario, demandamos Remediación, Justicia y Reparación para todos los pueblos afectados por los derrames, la contaminación, la destrucción de sus fuentes de vida y los metales pesados en la sangre de sus niños.

https://amwt.ch/7

  • Campaña de desinversión en Minería

Busca que las congregaciones y entidades religiosas basadas en una ética cristiana retiren sus inversiones o fondos económicos de proyectos mineros que son grandes contaminadores y destructores de culturas, territorio y destrucción de la naturaleza.Esta campaña es impulsada por la Red Iglesias y Minería y busca que las entidades de iglesias tengan coherencia ética en la defensa y cuidado de la casa común.

http://divestinmining.org

  • Campaña de Desinversión en Combustibles Fósiles

Impulsada,entre muchos otros, por el Movimiento Católico Mundial por el Clima (MCMC).Los ríos y territorios amazónicos experimentan altos niveles de contaminación y destrucción no sólo por los derrames de petróleo sino también por todo lo que significa montar y operar estas empresas extractivas.

https://catholicclimatemovement.global/es/desinversion-e-inversion/

Si bien estas acciones impulsadas por la Iglesia, redes, organizaciones indígenas y sociedad civil, son significativas y marcan avances sustanciales después del Sínodo de la Amazonía y nos compromete a asumir mayores niveles de compromiso en la defensa y cuidado de este bendecido territorio, aún hay mucho por hacer.

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