Nuestros socios en América Latina reaccionan ante la emergencia del coronavirus.
Manos Unidas recibe de forma diaria informes sobre la preocupante situación en los países en los que trabajamos. A pesar de las duras condiciones, nuestros socios locales en América Latina están reaccionando ante la pandemia de coronavirus con una gran entrega y profesionalidad para continuar apoyando y acompañando a las comunidades más necesitadas.
Aunque Ecuador es el tercer país de América Latina en número de casos de COVID19, después de Brasil y Chile, es ya el primero en contagios y muertes per cápita, lo que ha generado una gran alarma en nuestros socios locales.
Desde Quito nos llegan estas palabras de Estíbaliz Taboas, nuestra compañera expatriada en Ecuador y que coordina el Convenio de cooperación entre AECID y Manos Unidas en el país:
El centro de Quito está vacío y se puede ver el uso generalizado de mascarillas. Se están organizando iniciativas para atender necesidades básicas de grupos en situación de vulnerabilidad, tanto por parte de los gobiernos locales como de la sociedad civil, Se están distribuyendo alimentos y víveres de primera necesidad, sobre todo entre las familias que dependen de las actividades económicas de subsistencia que realizan a diario en la ciudad. En ausencia de un Estado que garantice mínimos de protección social de las personas más empobrecidas, es la comunidad organizada y solidaria la que sostiene la vida.
En América Latina, donde muchas poblaciones dependen de actividades económicas informales en las calles, las medidas de confinamiento y cuarentena están provocando el desabastecimiento y la imposibilidad de conseguir ingresos para adquirir alimentos. Ante esta situación, los socios locales de Manos Unidas ya están realizando entregas de alimentos de primera necesidad.
Nuestro socio local FUCAI está realizando operativos para acceder a los territorios indígenas –que se encuentran clausurados para impedir la entrada de personas ajenas a las comunidades y evitar así posible contagios– y llevar complementos alimenticios para cerca de 2.000 personas en 33 comunidades
wayú de municipios de Manaure.
Manos Unidas y otras organizaciones apoyan la producción y entrega de estos complementos alimenticios multimezcla destinados a rescatar a aquellos niños y niñas con desnutrición severa. «En esta situación de emergencia, unimos esfuerzos y conseguimos cargar y entregar varios camiones», informan desde FUCAI.
La buena noticia es que hemos logrado superar 18 retenes y entregar la carga completa (FUCAI, socios locales de Manos Unidas en Colombia).
Tras esta petición de ayuda del padre Sergio Godoy, socio local de Manos Unidas en Guatemala, la colaboración de personas y organizaciones hizo posible una entrega de alimentos de primera necesidad para algunas de las familias más necesitadas de la Ciudad de la Esperanza. Entre los primeros proyectos de emergencia apoyados por Manos Unidas, consta el envío de 45.500 € para hacer frente a la crisis alimentaria que padecen las 250 familias más necesitadas del basurero de Cobán. Con estos fondos, se distribuirán semanalmente alimentos y productos de higiene a 1.500 personas que viven en extrema pobreza. Además, dos veces por semana, se dará una merienda nutricional a los niños trabajadores del vertedero y se pondrá en marcha un sistema de alerta para detectar los casos de mayor riesgo.
Desde el Servicio Jesuita al Refugiado (JRS), socio local de Manos Unidas en Colombia, denuncian la situación de las familias refugiadas y migrantes que habitan en alojamientos temporales a cambio de un pago diario. A causa de las medidas de confinamiento y la imposibilidad de acceder a sus medios de vida (por ejemplo, la venta ambulante, que está prohibida en estos momentos), actualmente se encuentran en alto riesgo de ser desalojadas por falta de pago y tampoco cuentan con los recursos necesarios para abastecerse de alimentos y productos de aseo para pasar los días de confinamiento.
En las imágenes podemos ver la entrega de kits alimentarios por parte del JRS en una de estas residencias temporales. La entrega se realizó para aprovisionar a las familias durante el tiempo de aislamiento preventivo. Sin embargo, el aislamiento ya obligatorio y la situación de vulnerabilidad observada en esta residencia, hace que el JRS vea con gran alarma la realidad que pueden estar enfrentando otras personas refugiadas y migrantes en diferentes regiones de todo el país.