Trabajamos para no dejar a nadie atrás. Colaboramos en la integración de niños con discapacidad en Madagascar.
Según Naciones Unidas, una de cada siete personas del mundo sufre algún tipo de discapacidad y el 80 por ciento de estas personas viven en países en vías de desarrollo. En estos países, las condiciones económicas y sociales incrementan los problemas de marginación y discriminación que sufre este colectivo que constituye “la minoría más amplia del mundo”. Te lo contamos en el Día Internacional de las Personas con Discapacidad 2020.
Las tradiciones, las costumbres y, fundamentalmente la ignorancia, sumadas a la falta de servicios y de recursos para defender sus derechos, llevan a que las personas con algún tipo de discapacidad tengan menos oportunidades económicas, peor acceso a la educación y tasas de pobreza más altas.
QUIERO COLABORAR EN PROYECTOS COMO ESTE
Acompañar, apoyar y dotar de oportunidades a la “minoría más amplia del mundo” es, también, objetivo de los proyectos de Manos Unidas. En la ciudad de Tsiroanomandidy, situada al oeste de Antananarivo, la capital de Madagascar, los desastres climáticos, el maltrato al planeta y la acción de grupos de bandidos que campan a sus anchas son la causa de que un alto porcentaje de la población viva en la pobreza. Y, en medio de tantas carencias, uno de los colectivos más perjudicados son los niños de 3 a 15 años que presentan algún tipo de discapacidad física.
En Tsiroanomandidy se encuentra la residencia “Buen Remedio”, gestionada por la ONG malgache FAMI y dirigida por el sacerdote trinitario español Julián Cadenas, y con la que colabra Manos Unidas. Esta residencia es el lugar donde cada año alrededor de 100 niños con diferentes discapacidades físicas reciben el apoyo sanitario y educativo que les permitirá avanzar hacia el futuro.
Con el trabajo, el esfuerzo y la dedicación del personal del centro y de los propios niños, los pequeños pueden recuperarse total o parcialmente de su discapacidad, además conseguir un nivel de educación básica para integrase mejor en el sistema educativo y en la sociedad.
El apoyo de algunas instituciones como la Fundación Pelayo hace posible que Manos Unidas contribuya a que estos pequeños no se queden atrás, facilitando la construcción de una sala de rehabilitación y de dos aulas para las clases, con su equipamiento y con los aseos necesarios.
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