La experiencia de un viaje a India

Manos Unidas viaja a Ranchi, India, para visitar los proyectos que lleva acabo en este país, como son programas dónde la promoción de la mujer es el principal objetivo, proyectos de educación y salud, dónde la formación, la sensibilización y la prevención son la base. Compartimos nuestra experiencia, nuestras impresiones y emociones vividas en este viaje después de ver cómo la colaboración de Manos Unidas ayuda a mejorar la calidad de vida de estas personas.

Niñas indias

Emociones e impresiones de India

Sabemos que veamos lo que veamos, vendremos cambiados

¡Nos hemos pasado 24 horas viajando!

Salida de Madrid a las 15h haciendo escala en Londres, de allí a Delhi y esperando en el aeropuerto mas de 6 horas. En esta espera, cada uno de nosotros piensa en como será lo que veremos, ¿a donde nos lleva Ramón? Lourdes y Jesús parece que duermen en todas partes sin problemas. Lola, en cambio, los mira con envidia cuando el insomnio no le deja pegar ojo en el incómodo sillón de espera. Nacho duerme, pasea, pasea, duerme. Rosa, está ya la pobre con los primeros síntomas del cansancio que hace estragos en su estómago, aunque sospechamos que también pueden estar causados por la British, que nos ha dado de cenar y de desayunar en un intervalo de dos horas… Y Ramón… Ramón mirándonos el pobre con cara de: “pero ¿cómo me he venido con estos pardillos?”. Por fin sale nuestro vuelo a Ranchi. Ahora si que va la vencida, no hay vuelta atrás.

Sabemos que veamos lo que veamos vendremos cambiados. El recibimiento ha sido muy cordial. Nos esperaban unos señores con barba espesa de puro indio que chapurreaban (aunque algo mejor que nosotros) un inglés raro. Se nos acercan unas jóvenes guapísimas acompañadas de una monja y nos entregan un ramo de flores a cada uno, quedamos encantados pero algo cortados.

Y por fin, empieza la experiencia. Nos repartimos en dos todoterreno y el caos circulatorio, la explosión de olor y de color y, sobre todo, de tantas y tantas personas que inundan las calles nos deja tan acongojados como excitados. Mañana seguiremos más y menos cansados porque ya habremos dormido lo suficiente.

Emociones: vivir para contarlo

Hablar de India es hablar de su gente y hoy, precisamente, eso es lo que todos hemos sentido: el calor de un pueblo dando la bienvenida a Manos Unidas. Ha sido un primer día de visita a proyectos cargado de emociones: los niños y niñas de los internados nos recibían como si de una fiesta se tratase con bailes y cantos tribales .Todos sentimos humedecer nuestros ojos y allí donde mirábamos sólo veíamos sonrisas y color mucho color. Porque hablar de India también es sentir su colorido, a nuestro alrededor el verde intenso de los arrozales contrastaba con las flores y las vestimentas de todos ellos. Hemos vivido algo que jamás olvidaremos. Antonio, por ejemplo, seguro que no olvida que hacer figuras con globos hinchables les hizo creer en la magia o quién le diría a Lola, la manchega, que iba a bailarles una sevillana . Seguro que Lourdes tampoco olvida que les cantamos o Ignacio y Ramón que chutamos con ellos un balón de futbol.

Hoy hemos aprendido de todos ellos, de su enorme calidad humana, de su hospitalidad. Como la que nos han brindado las hermanas del dispensario en el que hemos conocido plantas medicinales. Ha sido como retroceder en el tiempo y aprender la esencia de la medicina.

Hoy sin duda ha sido un día intenso y entre taza y taza de té hemos dejado abierto el corazón y los ojos para no perder detalle porque hablar de India es hablar de alegría .

Detalles: ojos que ven, corazones que sienten

Seguimos visitando proyectos y hoy, 12 de octubre, día de la Hispanidad y la Pilarica en Zaragoza, nuestros ojos han seguido captando los detalles que nos rodean. Dice un refrán español: “ojos que no ven corazón que no siente”, quizás porque lo tenemos todo y no queremos ver más allá. Aquí en India eso no se cumple porque todo el grupo ve y siente lo que le rodea.

Antonio, que es de Sevilla, esa que tiene un color especial, queda impresionado con la belleza y la limpieza de las ropas de las mujeres indias, los sari, que se ven impolutos hasta en las costuras de los bajos. Le gustan los niños y le hubiera gustado ser un Rey Mago o Papá Noel para darles todos los zapatos del mundo y juguetes, muchos juguetes.

Lourdes, esa malagueña salerosa, con su dulzura al hablar… Se le encoge el corazón pensando en esos niños tan “bonicos”, pero tan necesitados de todo lo necesario para tener una vida digna. Ella seria “Mamá Noel”. Lourdes sufre con esas mujeres que soportan sobre su cabeza una enorme rama o semitronco de árbol, quizás para encender el fuego y cocinar para los suyos, aunque solo sea un puñado de arroz, o quién sabe, también para venderlo.

Rosa es el ojo que todo lo ve, a través de su objetivo, para dejar impreso en la memoria todo aquello que no queremos olvidar: calles repletas de gentes que van de un lado a otro y que se quedan mirando extrañados cuando nos ven, mujeres con pesadas cestas en la cabeza o esas niñas que cada día van en bici al colegio con uniformes de colores.  Niños que nos reciben con canciones, con flores e incluso con representaciones. Por que Rosa ve a través de su objetivo el color de un país hermoso y lleno de contrastes.

El día ha sido muy completo para Ignacio, a quien le impresionan las mujeres, los niños… todo son detalles que no hay que olvidar, como el reparto de chuches, ositos de gominola, que realizó entre un grupo de niños a los que por un momento hizo felices. Para Ignacio ver sus caritas de extrañeza ante tan suculento manjar, no tiene precio.

Ramón, como cada día, nos enseña y explica cada detalle, cada pregunta que le hacemos, siempre tiene una sabia respuesta. Es un pozo de sabiduría sobre lo más desconocido para nosotros de este país. Detalles que a ninguno se nos escapan, emociones contenidas ante tanta barbarie humana. A mí se me parte el corazón con los pies descalzos de los niños, con esas mujeres que luchan cada día por sobrevivir entre la miseria y sobre todo admiro a las misioneras y misioneros, que no teniendo nada lo tienen todo, apoyados siempre en una palabra de cariño y de gratitud. Detalles que hay que asimilar para no olvidar que un día estuvimos aquí, en India, donde el color, la luz y los contrastes no tapan la miseria de un país en el que la vida humano no tiene valor.

Madre Coraje. Mahila Mandals

Y en India no todo son escuelas y centros de salud. Manos Unidas apoya también programas en los que la promoción de la mujer es el principal objetivo. Mientras nos dirigimos hacia las aldeas donde vamos a poder conocer este tipo de proyectos, comentamos que la inversión en apoyo a la mujer es la solución a muchos de los problemas crónicos de estas sociedades. Durante un par de días hemos podido visitar dos proyectos de educación y concienciación dirigidos a las mujeres de aldeas y zonas rurales.

A todos nos impresionó y emocionó ver a los grupos de mujeres asociadas (MAHILA MANDAL) trabajando en común. A parte de darles formación en usos higiénicos, que eviten enfermedades como la malaria, o proporcionarles sistemas de autoayuda económica con prestamos entre ellas, lo mas importante, y de lo que nos sentimos más felices, es de que este asociacionismo les ayude a recuperar la dignidad que necesitan y que le corresponde por derecho propio.

Sabemos que a través de la mujer se producirán los cambios significativos y duraderos en el planeta, porque la promoción de la mujer es la mejor inversión en vida y justicia que se puede realizar.  

Los ojos de los niños nos emocionan; los rostros de mujeres nos conquistan

Empezamos el día visitando un colegio, que no es un proyecto que apoye Manos Unidas, pero fuimos invitados por la contraparte de otro de nuestros proyectos, que veremos esta tarde. El recibimiento fue impresionante, muy emotivo, como viene siendo costumbre. Nos encontramos con cientos de niños sentados en el suelo en ordenadas filas esperándonos. El director de dicho centro nos dio la bienvenida, los niños nos cantaron, bailaron y hasta nos hicieron unas pequeñas representaciones de teatro.

Nos llama la atención que en este centro todos llevan zapatos (lo decimos porque en otro colegio de mas de 400 niños todos iban descalzos) y que el idioma principal de enseñanza es inglés. Confirmamos que es un centro para niños con un nivel económico algo más alto que los visitados hasta ahora. Todo se veía perfectamente organizado y nosotros felices de estar allí con ellos. Nos emocionó sobremanera cuando corearon nuestros nombres con un acento indescriptible y gritaron al unísono "Manos Unidas". Ramón les hablo en nombre de todos e insistió en la importancia de que sigan estudiando y yendo a la escuela como recurso primordial para su desarrollo como personas.

Visitamos ahora un programa de concienciación y formación comunitaria (este si es un proyecto de Manos Unidas) para el control de tuberculosis y malaria. Aquí también nos reciben con tambores, canciones, bailes y con tantos collares de flores que no se nos veía el cuello. Con este programa Manos Unidas pretende concienciar y sensibilizar a las comunidades locales de la importancia de la prevención sanitaria de sus habitantes para reducir la incidencia de estas dos enfermedades.

Las mujeres nos cuentan su experiencia en el proyecto y lo involucradas que están. Se las veía orgullosas y satisfechas de su trabajo y asociación, aunque lo expresaban con una humildad extrema que nos volvió a conquistar. Luego y de manera más distendida, nos preguntaron cosas sobre nuestro país por nuestras comidas, el tiempo que hace, nuestros deportes…

Por la tarde nos dimos un pequeño paseo por Hazaribag, también fue una bonita experiencia, aunque si hay que definirlo con detalle mas bien diríamos que fue divertida y jovial. Nos acompañó nuestro querido padre Tomy de la diócesis que hizo de intérprete y guía en una ciudad tan caótica como maravillosa de la que nos enamoramos a cada paso que damos.

Galería de imágenes: 
Recepción en Ranchi
Mujeres de ubn proyecto sanitario
Centro educativo para niños tribales
Mujeres de un proyecto de Mahila Mandals
Ojos que ven, corazones que sienten

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