El pasado miércoles 20 de septiembre, monseñor Santos Montoya, nuevo consiliario de Manos Unidas desde el mes de junio, participó en su primera Comisión Permanente en los Servicios Centrales de Manos Unidas. Aprovechamos para pedirle un mensaje para todos los socios, trabajadores y simpatizantes de la organización, y esto fue lo que nos dijo:
Soy Santos Montoya, consiliario nacional de Manos Unidas desde hace poco, desde el pasado mes de junio, sustituyendo al consiliario anterior, a monseñor Carlos Escribano.
Quiero dar las gracias por la confianza que se ha depositado en mí para este nuevo cargo. Y, para empezar, dar las gracias a todos los que forman parte de Manos Unidas: a los voluntarios, a los trabajadores de esta asociación vinculada con la Conferencia Episcopal, esta ONG católica que me imagino que conoce todo el mundo y que llega a tantas personas.
Yo creo que a todo el mundo le suena la «Campaña Contra el Hambre» de Manos Unidas y otras tantas iniciativas de sensibilización por los países en desarrollo, por los numerosísimos proyectos a nivel mundial, que son en torno a 500 proyectos que cada año salen adelante, para bien de mucha gente en estas vías de desarrollo, en estos lugares tan necesitados.
Es una ocasión para dar las gracias a todos los que lo hacéis posible y a todos los benefactores, a los socios, a los simpatizantes, todos los que colaboráis de alguna manera.
Mi tarea es estimular, orientar también y formar parte de la Comisión Permanente, es decir, permanentemente atentos a las necesidades de los demás, tratando de perfilar cuál es la mejor ayuda que requiere cada momento.
Pues esto es simplemente un saludo inicial, ponerme a disposición, sumarme a este tren que funciona muy bien y encantado de colaborar con Manos Unidas. Gracias.
