La alianza de organizaciones de cooperación al desarrollo católicas, CIDSE, ha publicado un interesante documento informativo con el fin de que sus organizaciones miembro, como Manos Unidas, puedan equipar a las comunidades locales a la hora de defenderse frente a las violaciones de los derechos humanos perpetrados por las empresas.
La alianza de organizaciones de cooperación al desarrollo católicas, CIDSE, publica un interesante documento informativo con el fin de que sus organizaciones miembro, como Manos Unidas, puedan equipar a las comunidades locales a la hora de defenderse frente a las violaciones de los derechos humanos perpetrados por las empresas.
En los países en desarrollo, las organizaciones miembro de CIDSE se enfrentan a menudo a violaciones de los derechos humanos. Hace tan solo unas semanas, dos campesinos fueron brutalmente asesinados por grupos armados en zonas donde imperan los intereses de las empresas en Bajo Aguán, Honduras. En los últimos 18 meses, se han producido, con toda impunidad, más de 70 asesinatos en esta región. Muchas de las víctimas eran campesinos sin tierra que trabajaban con tres de los socios locales de Trócaire, organización irlandesa miembro de CIDSE.
El secretario general de CIDSE, Bernd Nilles, comenta: “Con demasiada frecuencia las multinacionales que operan en los países en desarrollo no aplican en ellos las mismas normas que en casa. Resulta inaceptable que la salud, el bienestar o incluso la vida de los miembros de las comunidades locales corran riesgo debido a intereses empresariales. Los Estados y las empresas deben proteger y respetar los derechos humanos. Nosotros, como organizaciones de cooperación al desarrollo católicas, así como nuestras contrapartes en todo el mundo, también actuamos”.
Con este documento informativo -que se publica en un momento en el que la Unión Europea está desarrollando una propuesta legislativa sobre los informes sociales, medioambientales y de derechos humanos que deben presentar las multinacionales que operan en el extranjero- CIDSE alienta a sus socios locales en África, Asia y Latinoamérica a considerar las implicaciones de los Principios Rectores sobre las empresas y los derechos humanos para la puesta en práctica del marco de las Naciones Unidas para "proteger, respetar y remediar", adoptados por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en junio de 2011.
Puesto que los Principios Rectores no constituyen obligaciones jurídicas internacionales, resulta esencial estudiar su uso en situaciones concretas. Con este fin, CIDSE une sus fuerzas a sus contrapartes para evaluar el impacto que tienen frente a los abusos de las multinacionales contra los derechos humanos, y para elaborar recomendaciones con el fin de conseguir mejoras y realizar acciones en el futuro.
“El valor de los Principios Rectores depende del grado en el que Estados y empresas mejoren su comportamiento. Nuestras contrapartes se enfrentan regularmente a graves violaciones por parte de empresas, así que queremos asegurarnos de usar todas las herramientas legítimas a nuestra disposición”, añade la asesora de políticas de CIDSE, Denise Auclair.
Monseñor Francois-Xavier Maroy, Arzobispo de Bukavu, región oriental de la República Democrática del Congo, y gran defensor de los derechos humanos, cuya violación por parte de las empresas ha denunciado en numerosas ocasiones, ha felicitado a CIDSE por su nuevo documento. Monseñor Maroy, actualmente en Bruselas, ha comentado: “Estamos con las personas que padecen el lado oscuro del capitalismo mundial, con el fin de conservar el bien común y defender la dignidad humana. Los responsables políticos y las empresas deben asegurarse de que se haga justicia en relación a las comunidades locales y defender sus derechos a través de las leyes y un mejor comportamiento".