Un año más, Manos Unidas ha hecho entrega de sus premios más solidarios. Un año más, el edificio Beatriz, en Madrid, se llenó de palabras de reconocimiento y gratitud por el trabajo bien hecho hacia los profesionales de la comunicación de hoy, de siempre y, también, a las jóvenes promesas de las artes y las letras que nos acompañaron. Profesionales que no luchan por audiencia sino por dar voz a quienes, todavía, pertenecen a esas mayorías silenciadas, que no silenciosas.
Un año más, Manos Unidas ha hecho entrega de sus premios más solidarios. Un año más, el edificio Beatriz, en Madrid, se llenó de palabras de reconocimiento y gratitud por el trabajo bien hecho hacia los profesionales de la comunicación de hoy, de siempre y, también, a las jóvenes promesas de las artes y las letras que nos acompañaron.
Las palabras de Clara Pardo, presidenta de Manos Unidas, recogieron el agradecimiento y homenaje de los presentes a unos profesionales como Carmen Sarmiento, Lola Hierro, Rocío Periago, Alejando Martinez Vélez, Esther Alonso y Raúl Sánchez que con su trabajo, esfuerzo y empeño “nos hacen sentir más cerca de esa gran mayoría de seres humanos que habitan en las periferias y cuyas vidas casi no encuentran eco en nuestra sociedad, porque no venden, porque son tristes y feas…”.
“Por ello, -señaló Clara Pardo- nos congratulamos de contar con profesionales como vosotros, que no luchan por audiencia sino por dar voz a quienes, desgraciadamente, y en un mundo en el que comunicar debería ser cada día más fácil, todavía pertenecen a esas mayorías silenciadas, que no silenciosas”.
El cuarto Premio Especial Manos Unidas, con el que colabora la Fundación Mapfre, se entregó este año a Carmen Sarmiento, “la cara del reporterismo de toda la vida. El rostro que puso voz a los marginados y a los excluidos. Una mujer de bandera, que nunca ha cejado en su empeño de acompañar y apoyar a las minorías silenciosas y, entre ellas, a las mujeres, las más pobres, marginadas y excluidas: las más pobres entre los pobres”, por toda una vida de solidaridad y compromiso.
La veterana periodista agradeció el galardón que recibió “con especial alegría, por venir de Manos Unidas”.
Por su parte, Lola Hierro y Rocío Periago recogieron, respectivamente, el primer y el segundo Premio de Prensa Manos Unidas, que este año ha llegado a su 37 edición y que, como es habitual, patrocina el Santander.
En Mali, un pozo, un huerto y un grupo de mujeres llenan de vida y esperanza el reportaje “Los jardines salvavidas de Jacqueline, Mariam y sus vecinas”, publicado por Lola Hierro en el portal “Planeta Futuro” de elpais.es.
También en “Planeta Futuro”, ese portal que nació con el ánimo de abrir las puertas a otras realidades, se publicó el reportaje de Rocío Periago: “De las calles de Recife a los fogones” un texto cargado de esperanza y optimismo, que nos muestra cómo donde hay esfuerzo e intención, puede encontrarse, también, una solución.
“La tierra esclava” es un magnífico trabajo de investigación, llevado a cabo por los profesionales de eldiario.es y de elfaro.net, merecedor de la mención especial por parte del jurado en el que se da cuenta de la repercusión que tienen en las vidas de los más pobres el cultivo de grandes extensiones de productos como el café o el cacao.
“Food” es el trabajo que hizo a Alejandro merecedor del galardón. Una impresionante e impactante imagen, que refleja, en toda su crudeza, el terrible drama de los refugiados.
"Yo me comprometo" es lo que exclamó en su poema Ainhoa Couceiro, alumna de sexto de Primaria del CEIP Castrelo de Miño, de Orense, ganadora ex aequo de la séptima edición del Premio Manos Unidas de Relatos para Niños y Jóvenes.
La segunda ganadora de este premio fue Andrea Zamborán, alumna del Colegio Dominicas de Villava, en Navarra, con un precioso cuento: “Eliminando fronteras”, que sitúa la acción en una aldea de Tanzania.
El más joven ganador de esta edición fue Diego M. Marjotie, que estudia en el colegio Montessory de Madrid y que mereció, según el Jurado, una mención especial, MUY ESPECIAL, por su relato “El suelo de mi cocina”.
Todos los jóvenes ganadores recibieron, también, un lote de libros de la editorial San Pablo.
Este entrañable acto finalizó con un vino español, ofrecido por el Popular.