Te ofrecemos una entrevista muy personal a Clara Pardo, Presidenta de Manos Unidas desde mayo de 2016. Conoce a esta economista madrileña, casada y madre de dos hijos, que tras 14 años de trabajo en el Área de Proyectos de Manos Unidas, accede al cargo de Presidenta con la misma ilusión del primer día y consciente de la gran responsabilidad que supone ser la cabeza visible de una de las ONG más grandes de España.
En esta entrevista conocemos un poco mejor a Clara Pardo, Presidenta de Manos Unidas desde mayo de 2016. Tras 14 años de trabajo en el Área de Proyectos de Manos Unidas, esta economista madrileña, casada y madre de dos hijos, accede al cargo de Presidenta con la misma ilusión del primer día y consciente de la gran responsabilidad que supone ser la cabeza visible de una de las ONG más grandes de España.
Con una gran ilusión por representar a una organización en la que llevaba ya mucho tiempo trabajando y de la que me siento tan orgullosa pero, a la vez, con mucha conciencia de la enorme responsabilidad que conlleva.
Realmente, el sistema de elección hace que no seas tú quien se presenta al cargo, sino que “te presentan’’, y así ocurrió cuando me eligieron para ser presidenciable. El hecho de que me hubiera apoyado mucha gente y que familiarmente fuera un buen momento, me animó a seguir en el proceso de elección.
Ya había decidido intentar hacer algo por los demás y devolver al mundo un poco de lo que yo había recibido. Investigué distintas organizaciones para colaborar y Manos Unidas me convenció por el trabajo que hacía y por su vinculación con la Iglesia. Entré sin saber cuánto tiempo iba a colaborar y… ¡aquí sigo, 14 años después!
Sí, claro; ser la responsable de una gran ONG, con una larga historia, con grandes retos por delante, sí da vértigo, pero también ganas de luchar por ello.
La capacidad de adaptación a los tiempos cambiantes, sin perder el espíritu fundacional de la Organización y la forma de trabajar que nos caracteriza. Siempre me ha gustado la gran vinculación del trabajo que se hace en España con la ayuda en los países donde estamos presentes, así como el contacto constante con los socios locales. Me enorgullece que nuestra ayuda llegue donde no llega nadie, a los sitios más remotos.
Como un trabajo fantástico, llevado a cabo con mucho esfuerzo y profesionalidad. El haber visitado bastantes países y muchos de los proyectos, permite comprender lo importante que es para los beneficiarios nuestra ayuda y que por ellos merece la pena trabajar duro. Ver cómo un proyecto, incluso el que parece más pequeño e insignificante, puede transformar una vida, es un estímulo para seguir trabajando.
Un libro: El Corazón de Piedra Verde, de Salvador de Madariaga
Una canción: You've got a friend, de Carole King
Una película: Memorias de África
Un personaje: Gandhi y El papa Juan Pablo II (no puedo elegir solo uno)
Un país: La India
Un ejemplo a seguir: Madre Teresa de Calcuta
Un hito histórico: La caída del Muro de Berlín.
Una frase: “(…) Si la conciencia mundial reacciona, dentro de algunas generaciones las fronteras del hambre habrán desaparecido. Declaramos la guerra al hambre” (Mujeres de la UMOFC en 1955).
Un deseo: Que Manos Unidas desaparezca, porque eso significará que nuestra misión está cumplida.
Yo creo que sí, la sociedad española es muy solidaria y es receptiva a las necesidades, no hay más que ver la gran respuesta ante las emergencias. Para que nuestro mensaje cale, es fundamental el esfuerzo de los profesionales de los medios de comunicación, que luchan por hacer visibles realidades que tantas veces no queremos ver y nos acercan a un mundo que, aunque lejano, debería interpelarnos.
Que no olviden sus compromisos de ayuda al desarrollo, que todos mencionan en sus programas electorales pero luego olvidan.
Fantástico. Yo conocía el trabajo de Proyectos pero poco el de las Delegaciones, y reconozco que me ha impresionado la labor que hacen, su “imaginación” para organizar eventos, conciertos, “operaciones bocata”… Su ilusión por llegar a más gente en la tarea de sensibilización y, por supuesto, también de recaudación. El trabajo de las delegaciones es fundamental para difundir nuestro mensaje y concienciar a la sociedad. Sin estos 71 apoyos, nuestro trabajo no sería posible.
Creo que las palabras que pronunció en Cracovia, en la JMJ, - “Él quiere nuestras manos para seguir construyendo el mundo de hoy” - encajan muy bien con el espíritu de Manos Unidas. Y, por supuesto, la encíclica Laudato Si’, casi un libro de cabecera para nuestro trabajo.
No sé si lo suficiente, pero creo que todo el mundo admira el trabajo de los misioneros, su valor y dedicación. Yo creo que sí.
Que se conozca mejor nuestro trabajo. Ser capaz de llegar a más jóvenes. Pero, sobre todo, continuar con el gran trabajo realizado en estos casi 60 años de vida.
Entrevista de Marta Carreño, Departamento de Comunicación.
Esta entrevista fue publicada en la Revista de Manos Unidas nº 201 (octubre 2016-enero 2017).