La presidenta de Manos Unidas nos cuenta hoy cómo, con apoyo de Manos Unidas y de la AECID (Agencia Española de Cooperacion Internacional para el Desarrolo), el turismo sostenible y el agua potable van hacer más fácil la vida en muchas comunidades indígenas campesinas de Ecuador. No dejes de leer unas crónicas escritas con sentido del humor y con satisfacción por el el trabajo bien hecho.
"Ayer llegamos a dormir al hotel que se ha construido con el Convenio y que está justo al lado del volcán Quilotoa. Estamos a 4.000m de altura, lo que nos hace andar despacito, si no, te cansas inmediatamente; y, además, hace un frío que pela.
El hotel es una verdadera preciosidad, tiene un mirador desde donde se ve la laguna toda rodeada por unas enormes montañas, algunas con nieve. Está pensado como un hotel de turismo rural, en una zona que es propiedad de una comunidad indígena muy organizada. Además de un presidente, tienen diferentes cargos a los que eligen ellos por periodos de tiempo determinados. . Son los que se encargan de la explotación de todo el complejo turístico, para lo que han tenido que recibir unos talleres donde aprenden el oficio.
La idea es muy bonita, el sitio también y los diferentes negocios están muy bien instalados, pero, no deja de ser una comunidad con un estilo de vida que no tiene nada que ver con el trabajo que van a llevar a cabo a partir de ahora. Están muy ilusionados, pero todavía van a necesitar apoyo, y seguro que lo consiguen.
Hoy hemos ido a la Parroquia de Chugchilan a la inauguración de los sistemas de agua para el consumo humano, que se han hecho para 12 comunidades y que van a permitir que 709 familias tengan un grifo delante de su casa, con posibilidad de instalar ellos el agua dentro.
El día ha comenzado con una misa celebrada por el padre Graciano, fundador de una de las organizaciones que más apoyo lleva dando a las comunidades. Ha sido una ceremonia súper participada, un pelín desordenada, pero muy bonita. A continuación, hemos salido a la plaza que hay delante de la iglesia, no olvidéis que estamos en un pueblo, y ha comenzado el festival del agua...
Tendríais que viajar 60 años atrás para ver en España algo similar. Todo el pueblo en la calle, mujeres con sus niños a la espalda, niños solitos, hombres, perros, y un señor que intentaba organizar el evento sin conseguirlo, por supuesto. Han empezado a hacer representaciones teatrales todas las comunidades beneficiadas, pero como los títeres que hacíamos de pequeños. Entre representación y representación una charanga tocaba una "música" que los del pueblo nos invitaban a bailar a las autoridades, entre las que me encontraba. No os preocupéis, hay fotos, ya las veréis.
Hemos comido en el pueblo y luego ha comenzado la ceremonia de inauguración. Ha sido una gozada ver lo contenta que estaba la gente, lo agradecida y lo dispuesta a hacer un uso responsable del agua....Ojala se consiga.
Por supuesto, al terminar de cortar la cinta (lo ha hecho servidora), nos han regalado un montón de cosas y nos hemos echado otro baile. Ahora ya estoy muerta de sueño y de cansancio, así que ¡hasta mañana!".