Sudán del Sur está de cumpleaños, pero la guerra ha impedido que el país más joven del mundo celebre el aniversario de su nacimiento como nación.
Sudán del Sur está de cumpleaños esta semana, aunque, desgraciadamente, la guerra ha impedido que el país más joven del mundo celebre el séptimo aniversario de su nacimiento como nación.
En julio de 2011, el pueblo de Sudán del Sur se lanzó a las calles para festejar, esperanzado, el nacimiento de su país, el Estado número 54 del continente africano. Manos Unidas se sumó, entonces, a la bienvenida internacional a un país cuyo futuro estaba todavía por escribir. Tras el conflicto civil que enfrentó, durante 50 años, al norte y al sur de Sudán, la nueva nación tenía innumerables retos a los que hacer frente: “A la absoluta falta de infraestructuras, las fronteras aún sin delimitar, el regreso de miles de desplazados internos, la corrupción, la redacción de una constitución, el reparto de los ingresos generados por el petróleo... hay que sumar los muchos retos de carácter social que otorgan a la nueva nación un nada envidiable puesto entre los más pobres del mundo”, decíamos entonces.
Hoy, en su séptimo aniversario, Sudán del Sur no tiene mucho que celebrar. En 2013, el país se vio sumido en una nueva guerra que ha causado estragos entre la población.
Monseñor Eduardo Hiiboro Kussala, presidente de la Conferencia Episcopal de Sudán del Sur, que visitó recientemente la sede de Manos Unidas en Madrid, lo resumía así:
“La República del Sur de Sudán, el país más joven del mundo, obtuvo la independencia en 2011 y, desde 2013, está inmerso en una guerra civil ha traído sobre esta joven nación, grandes problemas y sufrimiento”, explicaba el obispo.
El prelado se refirió también al alto número de desplazados, “una de las consecuencias fundamentales de esta guerra”. “Son muchas las personas que han tenido que dejar sus hogares y viven ahora en las iglesias o en campos bajo la protección de las Naciones Unidas. Además, a día de hoy, millones las personas han abandonado el país hacia países vecinos como Uganda, Congo, Kenia, incluso Etiopía”, señaló el religioso sursudanés, que también hizo hincapié en que “la mayoría de los habitantes de Sudán del Sur siempre han vivido en guerra”.
Manos Unidas ha acompañado al pueblo de Sudán del Sur desde su nacimiento. En estos siete años, aunque el conflicto no ha facilitado nuestro trabajo en el país, hemos apoyado 39 proyectos, por importe superior a los 2,7 millones de euros.
El apoyo a la población refugiada en los países vecinos, como Uganda, ha sido otra de nuestras prioridades.
Recientemente, Naciones Unidas ha hecho públicos unos datos que “cuantifican” las consecuencias de la guerra:
Apoyo a la población refugiada.
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