La explotación y el comercio de los recursos naturales permite a grupos armados, culpables de graves abusos contra la población, obtener financiación en diversas zonas del mundo azotadas por conflictos. Juntos podemos tomar medidas para poner fin a esta violencia. ¡Únete a nuestra campaña para exigir al Parlamento Europeo que endurezca las leyes para erradicar los minerales de guerra!
La explotación y el comercio de los recursos naturales permite a grupos armados, culpables de graves abusos contra la población, obtener financiación en diversas zonas del mundo azotadas por conflictos. Juntos podemos tomar medidas para poner fin a esta violencia. Al abastecerse en recursos naturales extraídos de zonas de conflicto o de alto riesgo, las empresas europeas pueden alimentar la violencia en perjuicio de los derechos humanos, de la paz y del desarrollo. Por ello, los minerales de conflicto o minerales de sangre se pueden encontrar en nuestras computadoras, nuestros teléfonos, nuestros automóviles...
Alertada por ciudadanos europeos, la Comisión Europea ha propuesto un texto de ley para garantizar un aprovisionamiento responsable de los minerales que las empresas utilizan cuando se abastecen de zonas de conflicto. El objetivo anunciado es el de romper el vínculo entre los recursos naturales y los conflictos, como sucede en el este de la República Democrática del Congo donde, desde hace 15 años, los grupos armados que se financian en gran parte gracias a las riquezas del subsuelo, someten a la población a todo tipo de actos como mutilaciones, asesinatos, violaciones, esclavitud y desplazamientos masivos.
Desgraciadamente el texto propuesto es ampliamente insuficiente. Es voluntario, pues no requiere de las empresas involucradas transparencia en sus cadenas de suministro, sino que, simplemente, las “alienta” a ser transparentes. Además, la Comisión Europea se limita a cuatro minerales (oro, estaño, tantalio y tungsteno) lo que no tiene en cuanta el hecho de que hay muchos otros recursos naturales que contribuyen a abusos de derechos humanos en el mundo, como el cobre, el jade y los rubíes de Birmania; el carbón en Colombia o los diamantes en Zimbabue y en la República Centroafricana. Por último, el reglamento limita su alcance a sólo 480 empresas europeas. Las repercusiones en el terreno y sobre las poblaciones afectadas corren el riesgo de ser mínimas.
El Parlamento Europeo dará pronto su opinión sobre el texto.
Debido a su participación en tres comisiones parlamentarias particularmente movilizadas en este tema (Comercio Internacional, Relaciones Exteriores y Desarrollo) los parlamentarios europeos tienen un papel clave.
Recientemente os informábamos de que más de 120 líderes de la Iglesia católica, de 35 países de los cinco continentes, en una iniciativa promovida por CIDSE la alianza de organizaciones católicas a las que pertenece Manos Unidas, han firmado un comunicado en el que piden a la Unión Europea (EU) que termine con los "minerales de guerra", porque "el control, la extracción, el procesamiento y el comercio de estos recursos financian grupos armados y fuerzas militares y de seguridad que cometen graves violaciones de los derechos humanos, en vez de contribuir al desarrollo humano".