Burkina Faso es el segundo país del mundo con mayor índice de abandono escolar. Sólo un 29% de los niños y niñas terminan la educación primaria, según datos de Unicef de 2004 (los mas recientes), cifra superada únicamente por el Níger.
Además, dentro de este indicador, la tasa de deserción escolar en las niñas es aún más alarmante: sólo un 25% de ellas termina el último curso de primaria. Pero para situar estos datos en su contexto hay que tener en cuenta un punto de partida. El acceso a la educación es tan sólo del 66% en primaria y del17% en secundaria. Es decir, que del reducido número de niños que pueden ir a la escuela en Burkina Faso, sólo unos pocos terminan el ciclo educativo. Como consecuencia, la tasa de alfabetización adulta en todo el país es del 32%, la más baja de todo el planeta. Cada año, entre 10 y 12 millones de niñas se casan muy jóvenes en los países en desarrollo (Unicef).
Formación para jóvenes: Las jóvenes de la etnia de los mosi, en Burkina Faso, a menudo son entregadas en matrimonio a hombres que no han visto nunca, a cambio de una pequeña dote. Algunas veces huir es su única salida. Después de caminar durante kilómetros, muchas de estas jóvenes acaban refugiándose en el centro que dirige una congregación local de la ciudad de Kaya con el apoyo de Manos Unidas, donde reciben formación profesional en diversos oficios.
Testigo:
ALIMATA nos cuenta de primera mano su historia:
"Huí de mi pueblo al oscurecer y pasé mucho miedo perdida en la sabana; iba sin zapatos. El marido que me habían elegido era un anciano con tres esposas. Por fin llegué a casa de las hermanas donde ahora estoy tranquila y aprendiendo un oficio".