La Amazonía, un enorme territorio de más de seis millones de Km2, es el pulmón de la tierra pues produce un 6% del oxígeno y, a su vez, actúa como sumidero del dióxido de carbono del planeta. Con sus 40.000 especies de plantas y árboles alberga un tercio de nuestros bosques primarios, es también un espacio de biodiversidad que atesora el 10% de la fauna existente y, sobre todo, es el hogar de más de 400 pueblos indígenas, algunos de los cuales nunca han sido contactados.
Pero, a su vez, es un territorio que sufre por el extractivismo, la agricultura extensiva e intensiva y el narcotráfico, (tres factores que provocan la ocupación de territorios). También lo hace por el abandono, cuando no acoso, de los gobiernos, por la debilidad organizativa de las comunidades indígenas, por la persecución y el asesinato de los líderes indígenas y los defensores de los derechos humanos.
La doctrina de la Iglesia ha incidido en los últimos años en la enorme importancia de la Amazonía, así, el Papa, en la Encíclica Laudato Si, al hablar del cuidado de la casa común desde una perspectiva integral de la ecología: natural, humana, social y económica y de la necesidad de defender a los pobres en su entorno, puso unas bases que se perfeccionaron en el Sínodo de la Amazonía en octubre de 2019 y que acabaron con la publicación en febrero de 2020 de la Exhortación Apostólica Querida Amazonía, que comienza mostrando ante el mundo todo su esplendor, su drama y su misterio y nos regala sus cuatro sueños: el social, el cultural, el ecológico y el eclesial y termina alentándonos a todos a avanzar en caminos concretos que permitan transformar la realidad de la Amazonia y liberarla de los males que la aquejan.
Manos Unidas ha vivido con intensidad este proceso y participó activamente en el Sínodo de la Amazonía, enviando una nutrida representación y apoyando económicamente la participación de otras organizaciones.
Esto nos ha llevado, por una parte, a participar activamente en redes y espacios que operan en el territorio amazónico, principalmente en la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), Iglesias y Minería y también en otras organizaciones como el Foro Social Panamazónico (FOSPA).
De otra parte, estamos llevando a cabo proyectos en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú. Así, en los últimos cinco años hemos formulado y ejecutado 68 proyectos con una inversión total de 6.083.000 euros que han permitido mejorar la vida de 123.128 personas.
Un 31 % de estos proyectos son de derechos humanos (siendo destacables en este sector los proyectos de defensa del territorio), un 28 % de alimentación y medios de vida, un 13 % de promoción de la mujer y el resto de salud, agua medio ambiente y educación.
Desde Manos Unidas, trabajamos para que las tribus indígenas del Amazonas tengan autonomía y conozcan sus derechos como comunidades. Conoce las iniciativas y proyectos que apoyamos en Bolivia, Brasil, Colombia y otros países del Amazonas. Estamos siempre ahí por aquellos que nos necesitan. Es por eso que financiamos de principio a fin los recursos que necesitan los pueblos de la región para poder vivir dignamente y defender sus derechos, seriamente afectados, como ya hemos visto, por la tala masiva de árboles, la caza furtiva y el cambio climático.
