Durante su viaje a Puerto Maldonado (Perú) a principios de 2018, el papa Francisco denunció la opresión que sufren los pueblos indígenas amazónicos y alertó de la amenaza sin precedentes a la que se enfrentan. Era la primera vez que el Papa pisaba suelo amazónico, después de haber convocado, unos meses antes, en octubre de 2017, la primera Asamblea Sinodal Especial sobre la Panamazonía.
En 2019, bajo el lema: «Amazonía: nuevos caminos para la iglesia y para la ecología integral», se celebró el Sínodo para la Amazonía.
La Amazonía es un territorio que sufre por el extractivismo, la agricultura extensiva e intensiva y el narcotráfico (tres factores que provocan la ocupación de territorios); por el abandono, cuando no acoso, de los gobiernos; por la debilidad organizativa de las comunidades indígenas; por la persecución y, no pocas veces, asesinato de los líderes indígenas y los defensores de los derechos humanos, y por otras problemáticas que afectan especialmente a mujeres y a jóvenes.