Una de las principales amenazas que se cierne sobre la Amazonía es la deforestación ocasionada por la tala indiscriminada y la quema de millones de hectáreas de suelo.
Algunos estudios han calculado que este año, la región habría perdido casi un tercio de la vegetación actual. Los incendios derivados de la deforestación son otra gran amenaza.
La agricultura intensiva está causando muchos daños ya que se han talado miles de árboles para allanar el terreno y convertirlos en terrenos agrícolas. Aparte de la producción de soja, se está cultivando la palma de aceite, que crece muy rápido. Esto se une a los terrenos destinados a la alimentación del ganado.
Este tipo de agricultura genera una mayor contaminación para el medio ambiente en general; requiere de grandes inversiones para acceder a las maquinarias; conlleva un alto consumo de energía y combustibles; al darse, sobre todo, en países menos desarrollados, es menos inclusiva; por último, requiere el empleo de productos agroquímicos que pueden suponer un riesgo para la salud.