Deuda externa: una de las causas del hambre en el mundo

La deuda externa de los países pobres como causa del hambre en el mundo

Entre los años 1960-1970, el Sur fue persuadido para que endeudara y consiguiera así más recursos para salir de la pobreza. El objetivo oficial de los préstamos del Norte era, pues, financiar el desarrollo. Pero la declaración oficial suele distar de los objetivos reales. Y en este caso también fue así. Los países ricos dejaron dinero al Sur con la intención de seguir controlando sus economías después de su independencia.

Fueron los llamados créditos blandos, ofrecidos con unas condiciones muy favorables. Los países receptores, sin embargo, liderados por gobiernos corruptos en la mayoría de ocasiones, no invirtieron el dinero en proyectos de desarrollo (se calcula que sólo un 10% del capital recibido fue a proyectos de este tipo) sino en la compra de armas o en grandes proyectos de prestigio totalmente inútiles para el desarrollo de sus economías.

Los países ricos no ejercieron ningún tipo de control sobre la situación y es por ello que, una vez desperdiciados estos recursos, en los años 70, los países pobres vieron como volvían a aflorar nuevas necesidades de capital. El tercer mundo necesitaba dinero de manera inmediata y ... ¿quién se lo ofreció? La banca comercial de los países ricos.

Los países pobres entraron, así, en una rueda imparable de un crédito tras otro. Los intereses de esta deuda, a día de hoy, siguen ahogando las economías nacionales de las regiones afectadas y suponen la fuga de millones de euros que se van del Sur hacia el Norte, imposibilitando que ese dinero pueda ser invertido en programas de desarrollo .

Y es que se calcula que África, actualmente, devuelve a los países del Norte, en concepto de intereses de la deuda, una cantidad cuatro veces superior a la que recibe en la partida de ayudas para el desarrollo.

Víctor de Paz Mena

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