Celebramos la alegría de la Resurrección en compañía de los hermanos de países en los que está presente Manos Unidas, recordando con ellos el paso de su vida en cruz causada por la pobreza y la indiferencia, a otra de mayor dignidad, que es anticipo de nuestra vida en el Reino del Señor Resucitado. Oramos con este Via Lucis acompañando diversas realidades a través de proyectos de desarrollo que transforman la vida de nuestros hermanos más empobrecidos.