El proyecto se sitúa cerca de la frontera con Zambia. Los beneficiarios vienen de zonas rurales con una agricultura de subsistencia en donde no tienen acceso a educación secundaria y la incidencia del SIDA tiene terribles consecuencias en la estructura social de la población. Esto provoca que los jóvenes se casen a edades muy tempranas y que su horizonte de vida sea muy estrecho. La escuela se construyó hace diez años con internado para jóvenes (70% son chicas) de zonas remotas. Las necesidades de la escuela son muchas, pero han priorizado la compra de literas y colchones pues actualmente duermen en el suelo en colchones de mala calidad o esteras, hacinados y en bajas condiciones higiénicas. La colaboración local será el transporte del mobiliario.