Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.
Como consecuencia de la prolongada guerra civil en Sudán del Sur, más de 4.3 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus casas y buscar refugio en campos de desplazados o en los países vecinos, como Uganda y se estima que 8.3 millones han necesitado ayuda humanitaria. El último acuerdo de paz se firmó en 2018, con lo que oficialmente se acabó la guerra, pero la violencia continúa y la población más vulnerable son las mujeres y los niños, sobre todo las familias que han tenido que abandonar sus hogares y viven en campos de desplazados internos.
En 2020, la situación general del país empeoró debido a las inundaciones, las plagas de langostas y el covid-19.
En los campos, las familias viven hacinadas en condiciones infrahumanas por la falta de alimentos y agua, y dependen casi exclusivamente de la ayuda internacional.
En las afueras de Juba, la capital del país, las Naciones Unidas establecieron 3 campos de protección de desplazados internos, donde malviven en la actualidad alrededor de 38.000 personas, sin tener acceso a servicios básicos de higiene, alimentos y agua potable.
En noviembre de 2020, la Misión de Mantenimiento de la Paz de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS) se retiró y facilitó la firma de un acuerdo entre los residentes del campo y las comunidades vecinas, para conseguir una convivencia pacífica en un entorno abierto. No obstante, la convivencia con las distintas tribus de la zona es difícil y se dan episodios de violencia con frecuencia.
El Socio Local de esta propuesta, la Congregación de las Hijas de María Inmaculada, ha llevado a cabo desde el año 2015, gracias al apoyo de Manos Unidas, un programa de ayuda humanitaria para cubrir las necesidades básicas de esta población, sobre todo de las mujeres embarazadas, los recién nacidos y los niños pequeños con desnutrición, además de establecer dos escuelas en el campo y proporcionar atención médica.
Ante la nueva situación de apertura, que deja aún más desprotegidas a las mujeres, solicitan nuestra colaboración para un programa de desarrollo para mejorar la situación socioeconómica de las mujeres víctimas de violencia de género y mujeres vulnerables en general, organizando grupos de formación en actividades generadoras de ingresos, y emprendimiento de pequeños negocios, como bisutería, panadería y bordados, además de proporcionar terapia y asesoramiento psicosocial y atención médica básica.
El proyecto se completa con actividades para chicos adolescentes que han abandonado los estudios, con el objetivo de promover la idea de la igualdad de género a través de formación de grupos juveniles y de actividades culturales. También se ofrece formación a los líderes del campo de desplazados en cuanto al problema de la violencia de género y su prevención.
Manos Unidas cubriría el 94% y el socio local aportaría el 6% de los gastos del proyecto, que beneficia directamente a 406 personas (74% mujeres).
El proyecto tiene una duración de 12 meses y coincide con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) nº 5 "Igualdad de Género", nº 8 "Trabajo Decente y Crecimiento Económico" y nº 3 "Buena Salud".
Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.