La agroecología como modelo de soberanía alimentaria en Colombia

Los pueblos indígenas de la Orinoquía colombiana son supervivientes de una permanente e histórica presión sobre su territorio, promovida por intereses geoestratégicos/económicos, que ponen en peligro su forma de vida, su cultura y su propia pervivencia.
Foto: Pixabay

El Estado nunca ha ejercido de garante de sus derechos, más bien ha favorecido la inmersión de estos agentes externos, con intereses espurios.

El proyecto de la Corporación Claretiana Norman Pérez Bello, junto con el apoyo de Manos Unidas, se propone contribuir a la pervivencia y permanencia en el territorio de los pueblos indígenas Tshiripus, Yaruro y Amorúa asentados en el resguardo indígena de Caño Mochuelo, Departamento del Casanare.

De acuerdo a la experiencia, al diagnóstico y a la solicitud de las comunidades identificadas, se pretende implementar un modelo de soberanía alimentaria, que consiste en un sistema agroecológico, que contempla un vivero hortícola en cada comunidad. De forma paralela y complementaria se apoyará el fortalecimiento de la organización, el gobierno y la justicia propios, y el diálogo intercultural con enfoque de género.

Entre las actividades a desarrollar dentro del proyecto, se encuentran: capacitación en sistemas de producción agroecológica, adecuación del terreno para la siembra, sostenimiento y mantenimiento del modelo, construcción de cocinas ecológicas, capacitación en diferentes temáticas: en derechos de los pueblos, en equidad de género, en el fortalecimiento del sistema de justicia propia, en resolución de conflicto, celebración de jornadas de interculturalidad e intercambio…

 

Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.

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