Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.
La Congregación del Santo Espíritu (o Espiritanos), socio local en este proyecto, instalada en el barrio desde la creación de éste, construyó y abrió con ayuda de benefactores, hace trece años, una escuela técnica y un centro social, llamado Daniel Brottier cuyo objetivo es alfabetizar y orientar a las mujeres. A lo largo de los últimos años han funcionado con menor intensidad debido a un equipamiento envejecido y a la falta de apoyo económico. Son numerosas las mujeres que reclaman el acceso a la educación para poder integrarse en el mundo laboral y mejorar su vida y la de sus familias. Tras comprobar que la dependencia de la figura masculina por parte de las mujeres es enorme, y que hay numerosas mujeres y madres solteras que padecen esta situación por su analfabetismo y falta de formación, han decidido dinamizar el Centro para tratar de solucionar estas deficiencias.
Nos situamos en la República Democrática del Congo (RDC), África, en la provincia de Kinshasa, en la localidad de Kiamfu, concretamente en su barrio llamado Mbanza Lemba. Es una zona urbana construida a las afueras de la capital, Kinshasa. Es un barrio pobre, nacido del éxodo rural, habitado por numerosas etnias que conviven sin conflictos sociales, en el que no hay industrias, ni infraestructuras estatales, ni carreteras. Se ha desarrollado en el valle de la colina de la Universidad de Kinshasa, y debido a la carencia de planes urbanísticos, muchas casas se han ido construyendo sin organización y en desorden y sin tener en cuenta las fuentes de agua naturales, lo que ha provocado una fuerte erosión que amenaza con cortar la única carretera que facilita el acceso a dicho barrio y que, además, sólo es utilizable en época seca. El problema de la erosión afecta a más del 85% de la población de la zona. Algunas personas, conscientes de este problema, han sembrado árboles voluntariamente. La mayoría de sus habitantes son jóvenes, muchos de ellos menores, sobre todo niñas en edad escolar que no acceden a la educación. La población sobrevive de trabajos ocasionales, de la venta de la producción de sus parcelas y del pequeño comercio. Hay entorno a un 70% de paro, llegando al 80% en mujeres. El sueldo medio por familia es inferior a 545 Euros/año. Desde el punto de vista sanitario, no hay ambulatorios públicos, sólo operan cuatro de tipo privado. El 90% de los habitantes no tiene acceso al agua corriente, ya que la red estatal abastece sólo a un 10% de los habitantes, ni tampoco tienen electricidad; aunque los Misioneros Espiritanos presentes en la zona, han instalado una torre de agua a la que se han enganchado muchas familias, con el riesgo ahora de saturarla. Tampoco hay red de saneamiento en la zona, con los consecuentes problemas de salubridad que ello conlleva. En Kiamfu hay unos 6.000 hogares, y no hay una sola estructura escolar estatal. La iglesia católica es la única Institución que tiene tres escuelas: una escuela de primaria, un instituto y el Centro social Daniel Brottier, que pertenece a los Misioneros Espiritanos y que es el objeto de este proyecto. La Congregación del Santo Espíritu (o Espiritanos), socio local en este proyecto, instalada en el barrio desde la creación de éste, construyó y abrió con ayuda de benefactores, hace trece años, una escuela técnica y un centro social, llamado Daniel Brottier cuyo objetivo es alfabetizar y orientar a las mujeres. A lo largo de los últimos años han funcionado con menor intensidad debido a un equipamiento envejecido y a la falta de apoyo económico. Son numerosas las mujeres que reclaman el acceso a la educación para poder integrarse en el mundo laboral y mejorar su vida y la de sus familias. Tras comprobar que la dependencia de la figura masculina por parte de las mujeres es enorme, y que hay numerosas mujeres y madres solteras que padecen esta situación por su analfabetismo y falta de formación, han decidido dinamizar el Centro para tratar de solucionar estas deficiencias. En este contexto, solicitan la ayuda de Manos Unidas para: en 1 año, equipar con máquinas de coser, material pedagógico y otros, y primas a los formadores durante 8 meses con el fin de alfabetizar y dar formación en costura y estética a 120 mujeres el primer año (en el futuro añadirían a 80 más para llegar a 200 beneficiarias). El socio local y las beneficiarias aportan cerca del 11% y Manos Unidas el 89% para relanzar un centro que ofrecerá a las mujeres la oportunidad de gestionar sus propias vidas aprendiendo un oficio y siendo conscientes de sus capacidades y derechos. Una vez puesto el proyecto en marcha, se prevé que, en el futuro, con el pago de las matrículas y la venta de los productos (costura) y servicios (peluquería) de las mujeres, el centro de formación continúe su andadura formando a todas aquellas mujeres que lo soliciten. Responde a los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible): 1- Fin de la pobreza; 4- Educación; 5 - Igualdad de género; 8- Trabajo decente y crecimiento económico; 10- Reducción de las desigualdades.
Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.