Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.
La explotación sexual constituye una de las peores violaciones de los derechos humanos de los niños, niñas, adolescentes y mujeres. En Perú se considera un grave delito, además, viola las leyes internacionales como el Convenio de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos, la CEDAW y el Protocolo de Palermo, entre otros, que este país andino ha suscrito.
En Lima es donde se producen los mayores casos de violencia a través de redes articuladas en bares, discotecas, prostíbulos y hoteles, además de la situación de explotación sexual que puede apreciarse en la calle. Muchas de las víctimas son captadas a través de falsas ofertas de trabajo (61% de casos según fuente RETA PNP) y a través de agencias de empleo no controladas por los gobiernos locales.
Otro método utilizado por los criminales son los "ganchos", mujeres jóvenes que son obligadas a captar amigas, o incluso familiares bajo amenazas. Cuando se ganan la confianza de la víctima ofreciéndole ayuda económica, la llevan a una red controlada por proxenetas. Causas principales que determinan la vulnerabilidad y riesgo de adolescentes y jóvenes frente a la explotación sexual son:
- Situación de familias disfuncionales
- Violencia en interior de la familia
- Pobreza y pobreza extrema
- Bajo nivel de educación
- Escasas expectativas de futuro.
Las mujeres son las que se ven más afectadas, ya que sufren muchas limitaciones en educación y empleo.
Este proyecto se desarrollará a través de la labor de la Congregación de Religiosas Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad (CRAESSC), que desde diciembre de 1998 están trabajando en Perú. Tendrá lugar en Lima a través de la Casa Santa Micaela.
El principal problema son las escasas oportunidades para el desarrollo económico y social estas adolescentes y mujeres jóvenes en situación de vulnerabilidad y riesgo, por lo que el proyecto se orienta hacia la prevención y superación de su situación, y a que aprendan a exigir sus derechos.
Se les acogerá en un espacio seguro que las facilite el desarrollo de sus habilidades y en términos de autoconocimiento, autonomía y auto realización. Este tipo de acogida de a las víctimas en Perú son muy escasas, por lo que el proyecto pretende llenar un gran vacío.
Se consideran tres actuaciones: acogida temporal, servicios ambulatorios de atención integral y acciones estratégicas de prevención y promoción de los derechos de las víctimas. Para lograrlo se llevarán a cabo, entre otras actividades, diseñar y ejecutar un plan de fortalecimiento de habilidades socioemocionales, derechos y prevención de violencia, explotación sexual y trata, también un plan de fortalecimiento de capacidades económicas y proyecto de vida y actualización, ejecución y evaluación de los talleres y módulos de formación técnico profesional.
La aportación de Manos Unidas se distribuye en equipos, personal, servicios técnicos, viajes y funcionamiento y constituye el 61% del presupuesto total. La contraparte aporta en las partidas de equipos y personal, un 39% del presupuesto. El proyecto se realizará en un plazo de 24 meses.
Las beneficiarias directas son 1.460 mujeres. Y beneficiarias indirectas unas 146 personas.
Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.