Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.
Dimbroko es una pequeña ciudad en el centro de Costa de Marfil. A causa de los disturbios socio políticos de los últimos tiempos, ha sufrido un incremento de su población en un 20% por los desplazados de las zonas tomadas por los rebeldes.
La mayoría de la población vive de la agricultura, cuyos resultados dependen de la pluviometría, del comercio y de los oficios artesanales. La mayoría de las familias cuentan con pocos recursos económicos.
La mujer es la que lleva el peso de la familia, aunque es el hombre es el que tiene la "autoridad oficial". La mujer es muy buena en la gestión, característica apreciada por todos, incluidos los hombres, y a pesar de la falta de formación, es capaz de realizar pequeñas actividades y conseguir beneficios para la educación y cuidado de su familia.
Uno de los problemas de la población de la zona es la falta de acceso a la salud, pues sólo existe un hospital de categoría "rural" y un servicio de Protección Materno Infantil, PMI, además del Centro de Salud de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, que lleva abierto desde 1957 para atender a la población muy numerosa de la ciudad y los 90 poblados que la rodean.
El coste de las consultas médicas es elevado y los enfermos prefieren acudir al Centro de las Hermanas, de carácter social, sin ánimo de lucro, que incluso atiende gratis cuando es necesario. Las estructuras del laboratorio de dicho Centro no son las adecuadas, están muy deterioradas y el equipo se ha quedado obsoleto.
La Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana solicitaron la colaboración de Manos Unidas para la construcción de un pequeño edificio que sirva de laboratorio y sala de extracción, un incinerador para eliminar los residuos y el equipamiento necesario para la realización de todo tipo de análisis y un ecógrafo, lo que representa el 91% del coste total del proyecto.
La Congregación aportará la instalación de extintores, así como la formación de una de las enfermeras para el manejo del ecógrafo, lo que representa el 4% del presupuesto.
El aporte de la Fundación Juan Bonal será la rehabilitación de las salas existentes para convertirlas en despacho y sala de espera, lo cual supone el 5% del presupuesto.
Este proyecto beneficiará a más de 8.000 personas que acuden cada año e indirectamente a toda la población cuantificada: 53.874 habitantes
Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.