Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.
El proyecto se lleva a cabo en un pueblo tribal llamado Duni, en el Estado de Maharashtra, al oeste de India. Los beneficiarios pertenecen a las comunidades tribales de la zona, korkus, gonds y gaulans, que fundamentalmente se dedican a la agricultura. Algunos tienen pequeños terrenos y son labradores marginales y otros trabajan como jornaleros a sueldo diario. En los últimos años, los monzones no llegan a tiempo, por lo que fallan las cosechas y la gente pasa hambre. Cultivan sorgo, trigo y arroz.
El único medio de transporte para llegar a Duni es con autobús o camioneta hasta la carretera general, y desde allí deben caminar tres kilómetros. La mayoría de la gente no conoce la importancia de la higiene y sanidad, debido a la falta de educación y formación.
Las religiosas Franciscanas Clarisas tienen un pequeño dispensario médico para atención primaria, donde acuden los pacientes de unos 35 pueblos.
En Duni hay un colegio estatal de enseñanza primaria en idioma marathi y otro privado de enseñanza media, pero para continuar sus estudios tienen que ir a 15 Km. de distancia. En muchos otros pueblos de alrededor no hay escuelas, por lo que muchos niños se quedan sin escolarizar, pues los desplazamientos son complicados.
La Misión de Duni se estableció en 1953. Dada la escasa escolarización en la zona, hace 35 años la Diócesis decidió construir dos internados, para niños y niñas, poniendo a cargo de los mismos a dos sacerdotes diocesanos, así como a las monjas Franciscanas Clarisas. Con ayuda de Manos Unidas pudieron reparar hace unos años el internado de las niñas.
Ahora solicitan ayuda para arreglar el internado de los niños, que está muy deteriorado. El tejado del internado es de chapa y está rajado y todas las paredes gotean. Los suelos, la electrificación y la pintura después de tantos años necesitan ser también renovados, así como las puertas y las ventanas, la cocina -que carece de ventilación adecuada-, y la zona de aseo y baños de los niños. Carecen de literas, por lo que los niños duermen en el suelo. Por último, solicitan un calentador para el agua en invierno y un inversor solar para paliar los continuos cortes eléctricos que sufren en la zona.
Se contempla la reparación del techado y de las grietas de las paredes, el arreglo de suelos, pintura para todas las habitaciones y para el exterior y el cambio del cableado eléctrico. También se repararán y cambiarán las puertas y ventanas rotas. Se va a arreglar el horno-cocina y su ventilación, y finalmente, se pondrán a punto los baños y zona de aseo de los niños.
Por otra parte, Manos Unidas también se encarga de la adquisición de 6 literas dobles pequeñas y otras 6 grandes, 24 almohadas, 24 mantas, 12 ventiladores de techo, 1 calentador y 1 inversor eléctrico. En definitiva, todo el equipamiento que se necesita para que los niños internos lleven una vida digna y confortable en este centro escolar e internado.
Con el arreglo del edificio esperan que los 24 niños tribales, beneficiarios anuales del proyecto, vivan en mejores condiciones de salubridad y de bienestar para sacar un mejor rendimiento a sus estudios.
La contribución local será el mantenimiento de los niños en el internado, con su comida, su ropa, y la limpieza, ya que no cuentan con personal de limpieza, así como, los gastos de auditoría, representa un 10% del total del proyecto, aportando Manos Unidas el 90% restante.
Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.