Prótesis y órtesis para personas con discapacidad física en Puerto Príncipe

Entre los países del Caribe, Haití es el país que tiene el mayor número de personas con discapacidad física, después del terremoto de 2010 se estimaba en 800.000 personas, a día de hoy no existen cifras oficiales o fiables, pero el número no deja de incrementarse. A la gran cantidad de personas que quedaron amputadas tras el seísmo de 2010, se añaden otras víctimas de amputación por distintas causas: accidentes de tráfico (normalmente de moto, que es el medio de transporte principal) debido a la mala condición de las carreteras y del transporte público, los altos índices de población con diabetes y la falta de atención médica en general.

Cada día aumenta el número de personas que necesitan una prótesis u órtesis para alguno de sus miembros. En cuanto a las prótesis, son los niños menores de 10 años los que más necesitan plantillas, corsés y correctores de piernas arqueadas debido al raquitismo y a la falta de vitaminas por una deficiente alimentación desde la pequeña infancia. Esto ocurre en un país con 11 millones de habitantes y uno de los más desiguales del mundo en cuanto a la distribución de los ingresos. Más de la mitad de su población (un 58%) sufre de pobreza o pobreza extrema.

El empleo no es suficiente para sacar a las personas de la pobreza porque un 45% de los trabajadores gana menos de 1,25 dólares al día y se prevé que esta situación vaya en aumento, teniendo en cuenta la grave crisis social, política y sanitaria que sufre el país en los últimos años. Si dentro de este contexto ya es muy difícil sobrevivir para las familias, las personas afectadas por la amputación de uno o varios miembros no tienen prácticamente posibilidad de buscarse la vida y acaban dependiendo de la caridad de sus allegados o abocados a la mendicidad. Así lo entendió la Hna. Isabel Solá, de la Congregación de Jesús-María, que, tras el terremoto de 2010 del que también fue superviviente, decidió poner en marcha en 2011 el Taller de San José, en Puerto-Príncipe, para suministrar prótesis a tantísimas personas que lograron sobrevivir, pero quedaron mutiladas. Desde entonces, este taller de prótesis ha estado funcionando y dando un servicio integral a la comunidad de dentro y fuera de Puerto Príncipe.

Un duro golpe

En 2016, el asesinato de la Hna. Solá supuso un golpe muy duro para su congregación y para la continuidad del taller. A pesar de ello, gracias al esfuerzo de sus trabajadores y de la Congregación, el taller intenta superar las dificultades a las que se enfrenta como la falta de medios, los conflictos sociales y la violencia callejera y, por último, el embate del coronavirus.

El presente proyecto, de 12 meses de duración, tiene como objetivo garantizar la continuidad y aumentar la calidad del servicio del Taller para poder atender a más pacientes que llegan desde los barrios más deprimidos de la capital o vienen derivados desde otras zonas de Haití. Este proyecto es continuación de otro llevado a cabo por Manos Unidas en el año 2021.

El Estado Haitiano no contempla ninguna ayuda económica para estos afectados que carecen en su gran mayoría de recursos para adquirir las prótesis y órtesis que mejorarían su calidad de vida y les ayudaría a integrarse en el mercado laboral, si bien se cuenta con el apoyo de la Oficina del Secretariado para Personas con Discapacidad, que no sólo envía pacientes, sino que se hace cargo de los costes de aduana y de los cursos de capacitación para pacientes.

Beneficiarios

La presente intervención beneficiará directamente a 345 personas (2.070 si contamos a los familiares directos) y contempla la provisión de prótesis, así como programas de fisioterapia y de acompañamiento psicológico.

Manos Unidas contribuirá con un 80% del presupuesto, destinado fundamentalmente a partidas de equipos y personal local. El socio local y los beneficiarios aportarán un 5% del presupuesto en gastos de funcionamiento y de equipos, ya que los beneficiarios pagan una pequeña porción de los costes de las prótesis. Así se evita que caigan en la dependencia y se aumenta su dignidad.

El 15% restante corre a cargo de otras instituciones públicas y privadas.

Los beneficiarios del proyecto pertenecen a los estratos más pobres de la población. Viven en los barrios más deprimidos de Puerto-Príncipe o acuden al taller desde otras zonas de Haití a través de instituciones públicas, congregaciones, parroquias, ONG's, etc. No tienen los recursos suficientes para adquirir una prótesis a precio de mercado que les permita mejorar su calidad de vida.

El objetivo específico es  mejorar las condiciones de vida de personas con discapacidad física, y su integración y calidad de vida.

Actividades a realizar:

  • Fabricación e implantación de prótesis y órtesis.
  • Realización de sesiones de fisioterapia.
  • Sesiones de acompañamiento psicológico.

Convenio de colaboración

Se cuenta con el reconocimiento del Estado que, en el año 2020, a través del BSEIPH, escribió una carta de reconocimiento del Taller. Este reconocimiento también se constata con el envío de pacientes al Taller. Asimismo, con Médicos Sin Fronteras en Puerto Príncipe, se ha redactado un convenio de colaboración que implica la ayuda mutua en la mejora de la calidad de vida de los beneficiarios del proyecto. En virtud de este acuerdo, Médicos Sin Fronteras pagaría, al precio estipulado, las prótesis de los pacientes que sufran amputación por ingreso y operación en sus instalaciones o que simplemente acudan a ellos solicitando sus servicios. El taller viene funcionando desde el año 2011 y prácticamente con el mismo personal bajo la responsabilidad de la misma Congregación.

La responsable de la Comunidad de Jesús-María en Puerto-Príncipe es ahora la Hna. Rosario Fumanal Laplana, que, consciente de las dificultades por garantizar la sostenibilidad del taller ha elaborado el presente proyecto, continuación de un proyecto anterior financiado por Manos Unidas en el año 2021.

El problema principal es la dificultad que tienen las personas con discapacidad motora para acceder a los recursos terapéuticos necesarios como prótesis, órtesis, fisioterapia o cuidados psicológicos. Las causas son escasez de ayudas gubernamentales y deficiente atención hospitalaria, insuficiencia de servicios en el país que se dediquen a la colocación de prótesis y órtesis, el elevado coste de los materiales, la poca disponibilidad de los servicios de atención fisioterapéutica y psicológica y la falta de instituciones de formación de técnicos profesionales.

Esto suele provocar en las víctimas dolor crónico, ansiedad, depresión y trastornos postraumáticos, además de grave dificultad para reinsertarse en la sociedad y realizar actividades generadoras de ingresos. La solución propuesta es la continuidad del Taller y de los servicios que ya realizan de prótesis y ortesis, fisioterapia y acompañamiento psicológico y seguir trabajando para que el sostenimiento del taller sea real.

 A estos efectos, consideran que una política de alianzas con todos los actores intervinientes puede aligerar la carga económica, así como posibilitar una mayor implicación por parte del Estado. Por otro lado, desearían reforzar la formación de pacientes y personas que trabajan para ellos, pero la situación social es demasiado peligrosa para los desplazamientos. También se les ha ofrecido desde España la posibilidad de introducir la fabricación de las prótesis en impresoras 3D. Dicha posibilidad está en estudio, pero la primera dificultad es la falta de energía eléctrica estable para que la impresora 3D pueda trabajar 48 horas seguidas sin interrupción para realizar una prótesis. Por otro lado, pensar en una instalación solar capaz de soportar esa carga supondría una gran instalación y una gran inversión. La formación de los técnicos es también una dificultad añadida, así como la reparación de la impresora en caso de avería

Galería de imágenes: 

Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.

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