Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.
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El proyecto se desarrolla en 7 comunidades de 3 mancomunidades del distrito de Kono, en la provincia este de Sierra Leona. De acuerdo con un informe realizado en diciembre de 2017, financiado por el Banco Mundial, el 56,2% de las mujeres en este ditrito nunca había asistido a la escuela. El último censo de 2015 también indica que el acceso bruto a primaria en Kono es del 108%, descendiendo al 94% en secundaria. El acceso bruto a primaria es parejo entre chicos y chicas, no así en secundaria, siendo para los chicos un 98% y las chicas 89%, en el primer ciclo de secundaria y 46% para chicos y 32% para chicas en el segundo ciclo de secundaria. Por otro lado, según la última Encuesta Demográfica y de Salud de 2013, hay un 28% de embarazos en chicas menores de 18 años; y un 30% ya están casadas a esa edad. Un 84% de las mujeres que viven en comunidades diamantíferas del distrito de Kono sufren inseguridad alimentaria durante el período del hambre (julio-octubre, la época de lluvias). Con estos datos podemos decir que la falta crónica de oportunidades económicas y desigualdades de género representan un círculo vicioso: la falta de acceso de las mujeres a la escuela conduce a un reducido acceso a oportunidades económicas, que afecta negativamente a su status en la sociedad y a una vida digna. La organización solicitante, The Sierra Leone Chesterton Center trabaja en la zona desde 2010 y solicita la colaboración de Manos Unidas para reforzar la capacidad económica de 65 familias encabezadas por mujeres, incluyendo a 65 chicas en edad escolar, las principales protagonistas a largo plazo. Con los ingresos generados por las familias, bien a través de actividades agrícolas, bien a través de comercio a pequeña escala, se pretende asegurar que estas chicas completen al menos 5 años de educación básica formal. Además, se sensibilizará a la comunidad acerca de los problemas que afectan a las chicas, como los embarazos adolescentes o los matrimonios forzados a edades muy tempranas, y que repercuten en su acceso a la educación. Se incluye también el aspecto formativo en cultivo de hortalizas y emprendimientos a pequeña escala. Cada familia se entiende como una entidad socio-económica y desarrollará un programa adaptado a sus
necesidades y recursos. Pero no estará aislada, ya que se la pondrá en contacto con los recursos existentes en la zona, tanto públicos como privados (cooperativas, mercados, proveedores y autoridades locales). El aporte local consiste en los terrenos donde 24 familias cultivarán las hortalizas y los gastos de preparación del proyecto, que representan un 11% del total del presupuesto. Los beneficiarios directos son 65 familias, unas 576 personas, incluyendo 65 chicas en edades comprendidas entre los 3 y los 18 años. De las 65 familias, 24 se dedicarán al cultivo de vegetales y el resto al comercio al por menor, dentro en sector agrícola: comprando y vendiendo condimentos, hortalizas, tubérculos, harina, etc., etc., etc.
Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.