Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.
El proyecto se desarrollará en el barrio de Rmehile, en la zona este de Beirut, cercano al puerto donde, en agosto de 2020, se produjo una explosión relacionada con casi 3.000 toneladas de amonio que habían sido incautadas a un barco en 2014 y que se guardaban en un gran almacén desde entonces. El grado de destrucción todavía se puede apreciar en muchos barrios de la ciudad. Este incidente hundió todavía más a una población desesperada debido principalmente a una crisis económica galopante (el tipo de cambio de la libra libanesa con el dólar ha pasado de 1.500 a 30.000 y más del 60% de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza), la crisis política (sin gobierno desde hace años), social (continuos enfrentamientos entre las distintas milicias ligadas a distintas religiones que gobiernan el país) y de refugiados (todavía hay más de 2 millones de refugiados palestinos y sirios en un país con unos 5 millones de población libanesa). Viven en una situación límite. Después de la explosión y dentro de la coordinación de los distintos organismos, al Vicariato Latino se le asignó la atención a la población de parte de este barrio con la finalidad de distribuir ayuda de primera necesidad -comida, medicinas y productos de limpieza-y facilitar la rehabilitación de viviendas. Para tal fin abrió un centro de "puertas abiertas" que, pensaban, cerrarían una vez terminada la primera emergencia. La realidad, después de hace casi dos años, es que las necesidades de las familias son tan ingentes que continúan prestando muchos servicios. En la actualidad dan comidas calientes a 200 familias, reparten cestas de comida a 125, medicinas a 300 enfermos crónicos y atención psicosocial a unos 300 niños y adultos. Todo ello con la ayuda de muchos beneficiarios del mismo barrio. De todos estos programas quieren potenciar la atención psicológico-social ante la creciente demanda. Entre los beneficiarios están familias, jóvenes con problemas psicológicos y de drogas, personas mayores, mujeres que sufren violencia doméstica, mujeres cabeza de familia y niños que no pueden asumir la situación en la que se encuentran sus padres. Para ello necesitan alquilar otro centro colindante más grande con dos despachos y una sala grande donde realizar, además de las terapias individuales, terapias de grupo y actividades lúdicas para los niños. El centro actual, que mantendrán para el resto de los programas, es muy pequeño con una salita donde reciben a todo aquel que lo solicita y un despacho que tienen que compartir las dos psicólogas (infantil y de mayores) y la trabajadora social. Se calcula que unos 1.000 vecinos, mayores y niños se verán directamente beneficiados de las terapias individuales y colectivas, terapia de familia, así como de las actividades lúdicas enfocadas principalmente para los niños.
Solicitan la colaboración de Manos Unidas para poder ampliar las actividades que hasta ahora vienen llevando a cabo. Manos Unidas financiaría el 66% del proyecto que incluiría los salarios de la psicóloga infantil y de la de adultos y parte del salario de la trabajadora social y de la limpiadora, el alquiler del nuevo centro, la compra parcial de dos ordenadores, materiales para la atención psicológica individual y grupal y los gastos de desplazamientos de las excursiones con los niños. La aportación local, 34% restante se centrará en el equipamiento del nuevo centro, parte de los gastos de administración y de los salarios de la asistente social, director financiero, compra parcial de los ordenadores y snacks para las actividades con los niños. El proyecto se alinea con el ODS (Objetivo de Desarrollo Sostenible) nº 3 "Vida Sana y Bienestar".
Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.