PROYECTO 2023-2024: ETI/77687

Promoción del Derecho a la Educación de niños y adolescentes en Tigray

En noviembre de 2020 estalló un conflicto armado en la región de Tigray, situada al norte de Etiopía, entre el gobierno etíope y el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF). Los enfrentamientos duraron 2 años y provocaron una crisis humanitaria sin precedentes, con graves violaciones de los derechos humanos y desplazamientos masivos. Se estima que al menos 500.000 personas han muerto como consecuencia de la violencia, la falta de alimentos y al acceso a los servicios sanitarios. Un acuerdo firmado en noviembre de 2022 para el cese permanente de las hostilidades trajo consigo esperanzas de estabilización y una resolución política sostenible del conflicto. La situación ahora es más o menos tranquila en la mayor parte de la región, pero se necesitarán años para volver a una vida más normal. La población está muy traumatizada y hay que rehabilitar prácticamente todas las infraestructuras básicas, tales como sistemas de abastecimiento de agua, carreteras e instalaciones sanitarias y educativas. En toda la región de Tigray, aproximadamente 2,4 millones de niños llevan más de tres años sin ir a la escuela debido, primero, a la pandemia de Covid-19 y, a continuación, al conflicto armado. Durante estos 3 años, los niños no han tenido acceso a ninguna forma de aprendizaje, causando pérdidas irreversibles y contribuyendo aún más a la desigualdad en el acceso a la educación. Los niños y los adolescentes han tenido que enfrentarse a un gran riesgo de violencia sexual y de género, matrimonios infantiles y embarazos precoces, reclutamiento a las fuerzas armadas, al trabajo infantil y a la malnutrición. Con el proceso de paz, la Oficina Regional de Educación de Tigray y el Ministerio de Educación han dado prioridad a la reapertura de las escuelas y establecieron la fecha de comienzo del curso escolar para el 1 de mayo 2023. A pesar de que casi el 85% de las escuelas están parcial- o gravemente dañadas y necesitan rehabilitación, y de la falta enorme de equipamiento y material escolar, los alumnos están poco a poco volviendo a las aulas. Sin embargo, la situación actual de la inmensa mayoría de las familias en la región es de pobreza absoluta y no tienen los medios para sufragar los costes que supone mandar a sus hijos a la escuela. La administración regional tampoco puede afrontar los gastos que supone la rehabilitación y la puesta en marcha de las escuelas, por lo que ha hecho un llamamiento tanto al gobierno federal como a la comunidad internacional pidiendo ayuda.

Nuestro Socio Local, la Oficina de Desarrollo de la Diócesis de Adigrat solicita la colaboración de Manos Unidas para la compra y suministro de material escolar (cuadernos, bolígrafos y lápices) para los alumnos y de material de oficina (papel blanco, papel rayado, bolígrafo, tiza, cuadernos y tinta de ordenador) para las mismas escuelas. Asimismo, se dotarán a las escuelas más necesitadas mobiliario (pupitres y pizarras). Se llevará a cabo una campaña comunitaria para fomentar la vuelta a la escuela y se proporcionará apoyo psicosocial para tratar de superar los traumas causadas por el conflicto armado a 320 profesores, personal de apoyo y miembros de las Asociaciones de Padres y Profesores. Los beneficiaros directos son los 4.524 alumnos de las 21 escuelas meta del proyecto y 320 profesores, personal de apoyo y miembros de Asociación de Padres y Profesores que reciben apoyo psicosocial. El número total de beneficiarios directos es de 4.844 personas. El socio local aporta el 5% y Manos Unidas el 95% restante. La duración de este proyecto de Ayuda Humanitaria es de 6 meses y contribuye al ODS nº 4 "Educación de Calidad".

Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.

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