Seguridad alimentaria en poblaciones indígenas de Panamá frente al cambio climático

330 personas recibirán formación de adaptación frente al cambio climático para garantizar la seguridad alimentaria de siete comunidades indígenas.

Manos Unidas Panamá

A pesar del crecimiento económico que ha experimentado el país, la mala distribución de los ingresos se mantiene de manera crónica, especialmente en las zonas indígenas.

En estas regiones del país la exclusión y las carencias son evidentes y se manifiestan en la ausencia de inversiones del estado en sectores fundamentales para mejorar la calidad de vida de esta población.

El proyecto se llevará a cabo en siete Comunidades de la Región Kodri, Comarca de Ngöbe Buglé, en el interior de Panamá (Alto Caballero, Bakama, Chichica, Sitio Prado, Roká, Buenos Aires, Agua de Salud).

En la Comarca Ngöbe Buglé el 95% de las viviendas no cuenta con alumbrado eléctrico, el 61% no tiene agua potable y el 59% no cuenta con letrinas.

En esta zona del país solo hay 1,4 médicos por cada diez mil habitantes. Esta relación está muy por debajo de la media nacional que se encuentra en 16 médicos por cada diez mil habitantes. El analfabetismo alcanza al 30% de la población mayor de 10 años, mientras que a nivel nacional supone el 4,5%.

Las comunidades indígenas son muy vulnerables a los efectos del cambio climático, debido a la exclusión y a las situaciones de pobreza en las que viven.

La organización Promoción Desarrollo Social (PRODESO), con la que trabaja Manos Unidas desde hace varios años, solicita apoyo para finalizar un proceso de cuatro años que permita fortalecer las capacidades de 60 familias para enfrentar el Cambio Climático.

Con este objetivo se pondrán en marcha prácticas de producción resilientes que permitan a familias producir sus alimentos y generar ingresos económicos. De esta manera, desarrollarán sistemas de adaptación al cambio climático y a sus manifestaciones más comunes como las sequías prolongadas, altas temperaturas, lluvias torrenciales o vientos huracanados que tienen efectos directos sobre la seguridad alimentaria.

Las mujeres de las comunidades apuestan por fortalecer las fuentes alternativas de ingresos como la artesanía, para no depender únicamente de la agricultura.

Mediante este proyecto se diversificará la producción artesanal y su promoción comercial en ferias locales y regionales para consolidar esta actividad.

Además, se establecerán alianzas con organizaciones y autoridades locales para realizar acciones comunitarias de sensibilización, adaptación y mitigación como promover viveros con especies nativas, reforestar fuentes de agua y bosques degradados, limpieza de ríos, charlas comunitarias sobre el cambio climático, intercambios de experiencias y réplicas de nuevas prácticas productivas.

Manos Unidas aportará el 79,3% del importe total del proyecto con la adquisición de equipos y suministros agrícolas o artesanales. Así como con la capacitación, los intercambios de experiencias y visitas, formación especializada, funcionamiento, evaluación y auditoría.

El socio local aportará fondos para personal, funcionamiento y equipos. Las comunidades indígenas aportarán mano de obra.

Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.

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