En la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe de Madrid no cabía ni un alfiler. El aforo de se había completado antes de que el reloj marcara las ocho de la tarde, hora en la que comenzó la vigilia de oración organizada por cinco ONG católicas de cooperación al desarrollo: Cáritas, CONFER (Conferencia Española de Religiosos), Justicia y Paz, Manos Unidas y Redes (Red de Entidades para el Desarrollo Solidario)
En la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe de Madrid no cabía ni un alfiler. El aforo de se había completado antes de que el reloj marcara las ocho de la tarde, hora en la que comenzó la vigilia de oración organizada por cinco ONG católicas de cooperación al desarrollo: Cáritas, CONFER (Conferencia Española de Religiosos), Justicia y Paz, Manos Unidas y Redes (Red de Entidades para el Desarrollo Solidario)
Con Mercedes Barbeito, de Manos Unidas y Javier Alonso, de Justicia y Paz, como responsables de guiar el desarrollo de la vigilia, los asistentes pudieron escuchar a miembros de las diferentes organizaciones leer pasajes del Nuevo Testamento y de las cartas de San Pablo (Cor. 12, 4-11, 12-21, 26-31 y Cor. 13, 1-13) por ser las que más claramente exponen la diversidad de dones que hay en la Iglesia y la unidad de Espíritu, o la importancia que tiene en un único cuerpo sus diferentes partes y órganos y por supuesto la primacía del Amor en todo.
Pero además de las lecturas, se pudieron escuchar testimonios emocionados y emocionantes de nuestros socios locales, de nuestros voluntarios, de lo que es para nosotros trabajar por los más desfavorecidos del planeta y de lo que este trabajo nos enseña día a día.
Los asistentes pudieron reflexionar y orar, animados por el coro que fue entonando canciones en las que las cinco organizaciones y todos los presentes se podían sentir muy identificadas. Antes de finalizar el acto, tuvo lugar el gesto que daba título a la vigilia. Todas las personas “enlazaron” las cuerdas repartidas previamente, como símbolo de la unión física de los presentes y espiritual, con todos los hombres y mujeres del mundo, en ese compromiso de trabajar por la justicia. Este gesto que simbolizó a la perfección la idea y el objetivo general del acto:
El acto “Enlázate por la justicia” concluyó con esta oración final:
Padre, te damos las gracias porque, siendo organizaciones con carismas muy diversos, nos llamas a avanzar comunitariamente en espíritu de militancia, de presencia y compromiso personal.
Te damos gracias porque nuestra experiencia vital compartida pone en el centro a las personas y, especialmente, a los más pobres.
Te damos gracias porque la relación con los socios locales es más fraterna que instrumental.
Para nosotros, la cooperación es acompañamiento. Nos sentimos muy unidos con las poblaciones con las que trabajamos. Queremos seguir acogiendo sus iniciativas en diálogo fraterno.
Padre, nos sentimos instrumentos en la construcción del Reino. Concebimos la cooperación como ámbito de evangelización y de buena noticia.
Reconocemos que nuestros medios técnicos no agotan los fines que queremos alcanzar.
Para todos nosotros es fundamental:
Padre, queremos cooperar “dando vida, y vida en abundancia”. Sentimos que nuestro trabajo tiene que ver con la compasión, la integridad y la gratuidad.
Contamos con tu fuerza, Padre, para avanzar en la construcción de una ciudadanía más humana y solidaria. Queremos promover un enfoque nuevo a la acción política y pública.
Te lo pedimos, por Jesucristo nuestro Señor. Amén