El objetivo de este encuentro se concentró en identificar los principales desafíos en el continente africano para garantizar el Derecho a la Alimentación, facilitar y promover el aprendizaje mutuo, así como estrechar los lazos de colaboración y trabajo conjunto en el ámbito de los proyectos de desarrollo integral, la educación para el desarrollo, la comunicación y la incidencia política para favorecer avances en el Derecho a la alimentación.
La alimentación es un requisito básico para la existencia humana y, por lo tanto, está estrechamente relacionada con el derecho a la vida, proclamado en el PIDCP (Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos). Además de los instrumentos jurídicos que conforman la Carta Internacional de Derechos Humanos, la alimentación se encuentra reconocida como derecho en varias otras disposiciones relativas a los derechos humanos internacionales y regionales.[1]
Desde 1996 se celebra la Cumbre Mundial de la Alimentación, en la que la comunidad internacional se comprometió a reducir a la mitad el número de personas malnutridas para 2015. Lejos de mejorar, el panorama del hambre no ha hecho más que empeorar. En el mundo, más de 800 millones de personas pasan hambre. La gran mayoría de esas personas viven en países en desarrollo, donde casi el 13% de la población está desnutrida. Es una cifra vergonzante, ante la que no podemos quedar ni indiferentes ni impasibles.[2]
Frente a las causas coyunturales, como la pérdida de cosechas, la inflación y especulación en torno a los precios de los alimentos, las causas estructurales apuntan a [3] :
[1] Guía de aplicación práctica. Enfoque de derecho a la alimentación en proyectos de cooperación
[2]“A fondo”, Manos Unidas: https://www.manosunidas.org/sites/default/files/imce/campanas/elmundononecesitamascomida/informe_a_fondo_revista_202.pdf
[3] Guía de incidencia para el derecho a la alimentación, Ayuda en Acción