2021, nuestro trabajo de principio a fin

Termina 2021, año difícil en el que la pandemia de coronavirus no ha dado tregua.

Año 2021 de principio a fin: Manos Unidas

Termina 2021, un año marcado por las dificultades en el que la pandemia de coronavirus no ha dado tregua y, aunque con menor intensidad que en 2020, ha seguido causando estragos en el mundo. 

A primeros de año, los países occidentales comenzaron a ver la luz con la llegada de la vacunación masiva, mientras que, en los países empobrecidos, la COVID-19 continuaba sembrando hambre, miseria y desolación. 

La brecha de la desigualdad aumentaba a la par de los contagios y, mientras los más ricos veían crecer su patrimonio, millones de personas pasaban a engrosar las estadísticas del hambre y la pobreza, que amenazan con dar al traste con los avances en materia de desarrollo de las últimas décadas.

Contagia Solidaridad para acabar con el hambre

 

 

Durante estos meses, en Manos Unidas y en el marco de nuestra campaña “Contagia solidaridad para acabar con el hambre”, hemos querido dar la vuelta a la acepción más negativa del verbo contagiar, para dotarlo de solidaridad y empatía.

En un año complicado en el que la incertidumbre ha condicionado buena parte de nuestras acciones, con la generosa ayuda de nuestros socios y colaboradores, nuestro trabajo ha llegado a los rincones más empobrecidos de América, Asia y Africa. Y nuestro mensaje de lucha contra el hambre, la pobreza y las casusas estructurales que mantienen e incrementan estas lacras, se ha escuchado a lo largo de todo el territorio nacional.

 

 

 

 

Nuestros proyectos de desarrollo, que tienen en el objetivo la defensa de los derechos humanos, han contribuido a mejorar la vida de cientos de miles de personas. Entre ellas, los niños, niñas y adolescentes que, con las escuelas cerradas desde hace casi dos años, conforman ya una nueva generación perdida para la educación. Y los migrantes, que han tenido que abandonar sus hogares en busca de una vida mejor, y los afectados por desastres naturales que, una y otra vez, deben retomar sus vidas desde cero.

Mauritania: Manos Unidas/Myriam Sagastizabal

No hemos olvidado a las víctimas de las guerras eternas y de los conflictos que amenazan con enquistarse mientras la comunidad internacional mira hacia otro lado. Y hemos seguido apoyando, cómo no, a las mujeres, pilares del desarrollo, generalmente marginadas y oprimidas. Y a los trabajadores precarios, que se desplazan a entornos hostiles en busca del sustento para sus familias. Nuestro trabajo ha tenido también presentes a las comunidades campesinas, a las poblaciones indígenas, despojadas de sus tierras y sus derechos… Y a miles y miles de personas que, en un mundo desigual, necesitan del apoyo externo para poder vivir.

Quiero apoyar proyectos como estos 

Entramos en 2022 con un compromiso renovado de trabajo con y por los más desfavorecidos. Nuestros voluntarios seguirán, a buen seguro, esforzándose para iluminar los rostros y las vidas de las personas más empobrecidas. 

Y todo ello, lo pasado y lo futuro, será posible GRACIAS A TI.

¡Feliz 2022!    

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