Este miércoles 26 de septiembre, ha tenido lugar en Riobamba (Chimborazo, Ecuador) el Acto de Cierre del Convenio “Alli Pacha” impulsado por Manos Unidas y realizado, durante estos últimos cuatro años, junto a las organizaciones socias locales de la ONG española en Ecuador: la Fundación Maquita y la Central Ecuatoriana de Servicios Agrícolas (CESA), contando con el apoyo y cofinanciación de la Cooperación Española (AECID-Cooperación Internacional para el Desarrollo).
Este 26 de septiembre en Riobamba (Chimborazo, Ecuador) y ante la presencia de unos 600 representantes de las comunidades indígenas y campesinas de Chimborazo y Cotopaxi, ha tenido lugar el acto oficial de cierre del Convenio “Alli Pacha” (que en kichwa significa “tiempo y espacio, buenos - propicios”) que finaliza el próximo mes de diciembre y que ha logrado beneficiar directamente a 2.490 hombres y mujeres y otros 690 jóvenes de ambas comunidades
Este convenio, también denominado “Contribuir al Desarrollo Local Territorial, Promoviendo la Transformación de la Matriz Productiva en la Sierra Central Ecuatoriana”, ha sido impulsado por Manos Unidas y se ha realizado, durante estos últimos cuatro años, junto a las organizaciones socias locales de la ONG española en Ecuador: la Fundación Maquita y la Central Ecuatoriana de Servicios Agrícolas (CESA) y contando con el apoyo y cofinanciación de la Cooperación Española (AECID-Cooperación Internacional para el Desarrollo).
Para asistir a este evento, han viajado desde España a Chimborazo la presidenta de Manos Unidas, Clara Pardo, acompañada de la responsable de proyectos de la ONG, Isabel Vogel. Allí se han reunido con el coordinador de la Cooperación Española en Ecuador, Rafael H. García y su equipo, con la Hermana Maria Jesús Pérez y al Padre Graziano Mason, de la Fundación Maquita, y a Francisco Román de CESA, así como a Carlos Vicente Alconcé, responsable del convenio de Manos Unidas en terreno y a Ana Pérez, responsable del convenio de Manos Unidas en sede.También asistió al evento el obispo de Chimborazo, monseñor Julio Parrilla.
Ante los asistentes al acto, Clara Pardo ha recordado la presencia de Manos Unidas en Ecuador desde 1980 y cómo las principales acciones llevadas a cabo se han dirigido, sobre todo, a promover el desarrollo socio-económico de familias campesinas, a la reactivación productiva con énfasis en los cultivos y/o productos estratégicos de las familias y generación de valor agregado a los productos, al fortalecimiento del asociacionismo y a la construcción de redes, circuitos comerciales con emprendimientos de la Economía Social y Solidaria y bajo principios de Comercio Justo.
Clara Pardo, ha señalado también, que Manos Unidas trabaja por la construcción de un mundo dónde se fomenten los valores de fraternidad, generosidad, y la igualdad de derechos y deberes y donde defendemos el respeto por los hombres, por las mujeres y por la naturaleza, nuestra querida Pachamama, que Dios nos ofrece en un mundo de todos y para todos. (VER VIDEO arriba)
Por eso - ha insistido Clara- desde Manos Unidas, que es la Organización de la Iglesia Católica en España para el desarrollo, queremos expresar que nos sentimos orgullosos de vosotros, de vuestra respuesta ante las dificultades, del compromiso, y de la participación de todos los titulares de derechos. Ya que todo lo realizado no habría sido posible sin las distintas organizaciones y asociaciones a las que pertenecen, sus dirigencias y sus autoridades.
Además, Clara quiso dedicar unas palabras a las mujeres de Cotopaxi y Chimborazo a las que les recordó que
Las mujeres, y bien lo sabemos en Manos Unidas, somos muy fuertes y cuando trabajamos unidas podemos conseguir cualquier cosa. Yo os animo a vosotras, que sois el centro de vuestras familias, a participar en la vida de la comunidad, a participar en la toma de decisiones, y a que vuestra voz sea escuchada. No descuidéis vuestra formación ni la de vuestras hijas, es importante estudiar. Una mujer que sabe leer y escribir hace que el camino hacia el desarrollo sea posible, y animo a los hombres a que compartan con las mujeres las tareas y dificultades del día a día.
Las personas a las que se ha dirigido este convenio de cooperación al desarrollo que ahora finaliza, son familias indígenas quichua y campesinas, principalmente mujeres y jóvenes, así como sus organizaciones. Para la selección de los beneficiarios se ha tenido en cuenta la problemática de la mujer en las áreas rurales, ya que por el alto nivel de migración masculina (94 al 95%) son quienes han asumido el rol de jefas de familia temporal o permanentemente.
Respecto a las organizaciones, también se han priorizado aquellas en las que la presencia de la mujer es más restringida, especialmente aquellas en las que, durante el convenio anterior (2006-2010) destacaron por tener poca presencia femenina (20%).
Los objetivos que se planteaba el convenio han ido en la línea de lograr fortalecimiento de capacidades, de forma que se queden instaladas las herramientas necesarias para que garanticen la sostenibilidad de todas ellas, una vez haya finalizado la intervención. Y algunos de los logros del convenio que finaliza ahora, son los siguientes:
Video de la noticia retransmitida por el Noticiero Científico y Cultural Iberoamericano, NCC (http://noticiasncc.com/