Reclamamos el fin de la violencia y el fanatismo en Nigeria

Un año después del secuestro de 200 niñas en una escuela del norte de Nigeria, desde Manos Unidas reclamamos el fin de la violencia y la intransigencia en un país en el que la pobreza crece pareja al fanatismo y el terror. Los terroristas de Boko Haram han sido responsables de casi la mitad de las muertes de civiles en las zonas en guerra de África en el año pasado

Un año después del secuestro de 200 niñas en una escuela del norte de Nigeria, no parece que el sufrimiento de las jóvenes y de sus familias vaya a tener un final cercano. Desde Manos Unidas reclamamos el fin de la violencia y la intransigencia en un país en el que la pobreza crece pareja al fanatismo y el terror.   

Millones de personas de todo el mundo se movilizaron espontáneamente para reclamar la liberación de más de 200 niñas secuestradas por las milicias yihadistas de BoKo Haram en una escuela del norte de Nigeria, pero nada se ha vuelto a saber de ellas. Muy probablemente, sus familiares y amigos no van a volverlas a ver nunca. Hace un año, nos lo explicaban desde Nigeria: "Nadie sabe con seguridad qué es lo que están pasando estas chicas a manos de los terroristas".

#BringBackOurGirls

"No creemos que vuelvan nunca", nos dice nuestra fuente en Nigeria, "pero estamos seguros de que, si alguna consigue escapar, jamás conseguirá superar el trauma de estos meses". Todos los expertos y los informes publicados hasta ahora coinciden en destacar la brutalidad del trato que los yihadistas imponen a sus víctimas.  

Los ataques que Boko Haram ha llevado a cabo en el noreste del país, no han hecho si no incrementar el número de viudas, viudos y huérfanos en una sociedad que vive amedrentada. "La inseguridad y la pobreza crecen parejas, mientras los terroristas se cobran vidas y destruyen propiedades, dejando a los supervivientes sumidos en la desesperación", asegura nuestra fuente en Nigeria que, por motivos de seguridad, hemos optado por no revelar.  

"Miles de ciudadanos inocentes han sido asesinados", las cifras hablan de más de 18.000 muertos y de ataques casi diarios: explosiones, tiros, incendios, violaciones, secuestros, robos a mano armada. De hecho, según Acled, organización dedicada a evaluar la violencia en los conflictos a través de los informes de los medios, "la campaña de terror del grupo insurgente Boko Haram fue responsable de casi la mitad de las muertes de civiles en las zonas en guerra de África en el año pasado". 

Mujeres Nigerianas se manifiestan contra el terror de Boko Haram. Foto:  STR/EPA

A ello hay que añadir que más de 1,5 millones de personas han abandonado sus hogares y sus trabajos; los niños tienen que dejar el colegio, los agricultores sus tierras y, con ello, aumentan el hambre y la pobreza. "La situación es de enorme tristeza, horrible, desastrosa". Tres adjetivos para definir cómo el terror y el fanatismo se han hecho dueños de un país considerado uno de los de mayor economía de África y en el que, paradójicamante, casi el 62% de sus habitantes vive en la extrema pobreza.

Una pobreza que alimenta a los grupos radicales como Boko Haram, que recibe el apoyo de Al Qaeda en el Magreb y en la Península Arábiga.

Muchos son los que han depositado su confianza para terminar con el terror en Muhammadu Buhari, recientemente elegido presidente del país en unas históricas elecciones. Pero, como señala una de nuestras fuentes, "el tiempo sigue pasando mientras los nigerianos observan". 

También te puede interesar

Suscríbete a la newsletter

Informarse es el primer paso para actuar.

Suscríbete