Continúa la violencia contra los indígenas de Mato Grosso do Sul(Brasil)

...necientes al grupo indígena guaraní-kaiowá de la comunidad Ypoí han sido víctimas de amenazas a manos de hombres armados contratados por los latifundistas locales, que les han impedido además abandonar el campamento en el que se encuentran y les han privado, así, de agua, alimentos, educación y salud. La Fundación Nacional de Salud (FUNASA...

Noticias Manos Unidas - La dureza de ser agricultor en los Andes

NOTICIAS 28 de septiembre de 2010

Continúa la violencia contra los indígenas de Mato Grosso do Sul(Brasil)

Unas 80 personas pertenecientes al grupo indígena guaraní-kaiowá de la comunidad Ypoí han sido víctimas de amenazas a manos de hombres armados contratados por los latifundistas locales, que les han impedido además abandonar el campamento en el que se encuentran y les han privado, así, de agua, alimentos, educación y salud.

La Fundación Nacional de Salud (FUNASA) de Brasil no ha facilitado cuidados a la comunidad, alegando al parecer problemas de seguridad, y los niños y niñas están enfermando por falta de atención médica y agua, y por la sequedad del clima. Aunque la comunidad ha denunciado su situación ante el Ministerio Público Federal, la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) y las autoridades policiales del estado de Mato Grosso del Sur, siguen sin tomarse medidas.

En abril, este grupo de personas había reocupado unas tierras que reclamaban como parte de su territorio ancestral junto a Paranhos en Mato Grosso del Sur donde se encuentran algunas de las zonas indígenas más pequeñas, pobres y densamente pobladas de Brasil: bolsas de pobreza de carácter rural, con problemas de salud endémicos y penosas condiciones de vida, rodeadas por grandes plantaciones de soja y caña de azúcar y por ranchos dedicados a la ganadería.

En noviembre de 2007, el Ministerio Público del estado de Mato Grosso del Sur firmó un acuerdo extrajudicial con el nombre de TAC (Termo de Ajustamento de Conduta), con la FUNAI por el que esta última se comprometía a identificar y delimitar, antes de abril de 2010, 36 terrenos ancestrales de la comunidad guaraní-kaiowá para su futura demarcación. Debido a la persistente falta de soluciones para las reivindicaciones territoriales pendientes, varias comunidades guaraní-kaiowá han terminado por reocupar las tierras, a lo que se ha respondido con desalojos violentos, a menudo con la presencia de hombres armados. Empresas de seguridad de dudosa legalidad, muchas de las cuales funcionan en la práctica como milicias ilegales al servicio de terratenientes o de la industria agraria, han protagonizado numerosos abusos contra los derechos humanos en áreas rurales de Brasil, y constituyen una amenaza grave tanto para los pueblos indígenas como para los trabajadores rurales que luchan por su derecho a la tierra.

Los obispos brasileños han mostrado su apoyo al grupo guaraní-kaiowá. (Ver nota)

© Manos Unidas 2004

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