"Cuando compruebas la magnitud de la pobreza, priorizas muchas cosas"

A Lorena le bastaron los 15 días que pasó en Camboya para convencerse de lo que realmente le importaba en la vida. Lo que comenzó siendo un viaje formativo después de ocho años trabajando con Manos Unidas en Málaga se convirtió en un "aprendizaje exprés", una experiencia única que cambió su forma de ver el mundo.

A Lorena le bastaron los 15 días que pasó en Camboya para convencerse de lo que realmente le importaba en la vida. Lo que comenzó siendo un viaje formativo después de ocho años trabajando con Manos Unidas en Málaga se convirtió en un "aprendizaje exprés", una experiencia única que cambió su forma de ver el mundo: "Cuando llegas allí ves realmente lo que llevas tanto tiempo trabajando sobre el papel. Entonces compruebas la magnitud de lapobreza y te reafirmas en muchas cosas, priorizas muchas cosas", asegura la voluntaria.

Como ella, los 1.700 españoles que trabajan de cooperantes en el exterior comparten esta opinión, gracias a los programas que han desarrollado en diferentes partes del mundo; muchos de ellos son los malagueños que ayer pusieron en común su trabajo desde las seis entidades participantes en la mesa redonda organizada con motivo de la Semana de la Cooperación. La solidaridad de estos voluntarios ha hecho posible que durante 17 años de Cooperación Internacional en los que lleva participando el Ayuntamiento de Málaga se hayan realizado 580 proyectos en más de 60 países distintos, contribuyendo a mejorar las condiciones de vida de miles de personas.

La labor de los cooperantes es tan amplia como necesidades se detectan en los paísesmás desfavorecidos. Desde la creación de infraestructuras básicas, como colegios o enfermerías, hasta la reconstrucción de viviendas, pasando por actividades de formación para la población de las zonas donde trabajan, sobre todo centrados en los sectores más discriminados, como son las mujeres y los niños. Ejemplo de ello es el trabajo que desempeñan la Asociación Marroquí para la Integración de Inmigrantes, nacida de una iniciativa estudiantil en 2008 y que se centra en la tarea de codesarrollo. Para Ahmed, uno de sus fundadores, el principal beneficio de la labor del cooperante es la satisfacción, aunque también se encuentran con dificultades: "Es una experiencia muy enriquecedora tanto a nivel personal como profesional. La gente nos ve como unos aventureros pero no es así, hacemos un trabajo muy duro que a veces no está facilitado ni siquiera por las autoridades".

Historias de concienciación y de compromiso que cada vez captan a más adeptos, como es el caso de Blanca, una joven que gracias a una beca ha podido realizar el curso de Cooperación sobre el terreno durante un mes, entre Guatemala y El Salvador, trabajando con 14 familias de una comunidad campesina: "Antes no sabía nada y gracias a ello sé que me gustaría aprender más sobre cooperación"; o también el caso de José María, que viajó junto a su esposa en febrero a Perú para colaborar en un proyecto de Madre Coraje. Y no son los únicos. Son las inquietudes de gente solidaria cuyos ideales contribuyen a hacer un mundo más justo.

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