Te explicamos por qué ser niña no es fácil en muchos países del mundo.
Decía la escritora británica Agatha Christie que "una de las cosas más afortunadas que te pueden suceder en la vida es tener una infancia feliz". A día de hoy, y si no se pone remedio, millones de niñas en todo el mundo verán su futuro marcado por una infancia desgraciada.
En un mundo en el que el hambre afecta a 828 millones de personas y hay más de mil millones de pobres, existen otra serie de lacras y comportamientos inaceptables que marcan de por vida la existencia de las niñas.
En pleno siglo XXI, nacer mujer es, en muchos países, una desgracia. La pervicencia de tradiciones, costumbres y culturas machistas condenan a las niñas a una vida de discriminación, violencia y marginación para la que no es fácil encontrar salida: preferencia por los hijos varones, matrimonio infantil, mutilación genital femenina, explotación, abusos, preponderancia del hombre/niño a la hora de recibir alimentos, asistencia sanitaria o educación...
El 11 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Niña, una jornada instaurada hace 10 años en la se quiere dar visibilidad a los derechos de las niñas y a los desafíos a los que se enfrentan millones de pequeñas todos los días del año.
En Manos Unidas trabajamos para que las niñas no tengan que esconderse huyendo de la trata y para que no tengan que casarse y ser madres antes que niñas. Y denuciamos que las niñas tengan que trabajar en vez de estudiar o jugar, que sufran la violencia de los conflictos o y que tengan que huir de sus hogares por culpa de la guerra.
Hace más de sesenta años que Manos Unidas comenzó su lucha contra el hambre y la pobreza y, desde entonces, las niñas han sido receptoras de muchas de las iniciativas que hemos puesto en práctica, porque en ellas reside, también, el futuro de nuestro planeta. Por ello, el objetivo de muchos de nuestras inciativas, que tienen como beneficiarias principales a las niñas, es garantizarles el acceso a unos derechos que, teóricamante, les amparan desde su nacimiento: educación, sanidad, seguridad, alimentación...
Y el derecho a soñar, y a reir, y a jugar y a bailar...