Las olvidadas de las olvidadas.
En el marco del Día Internacional de las Viudas, que se celebra el 23 de junio, se revela una impactante realidad: más de 25 millones de mujeres, incluyendo 1,36 millones de niñas, viven en la pobreza extrema como resultado de la viudez. Esta alarmante cifra impulsa a Manos Unidas, cuyo lema de campaña de este año es "Frenar la desigualdad está en tus manos", a enfocar la atención en este colectivo desfavorecido, con el objetivo de visibilizar sus problemas y buscar soluciones.
De acuerdo con el Índice global de Pobreza Multidimensional elaborado por los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la UNDP, factores como la educación, la atención médica y el acceso a servicios básicos como agua potable, saneamiento y electricidad deben ser considerados para abordar la desigualdad de oportunidades. A nivel mundial, las mujeres tienen menos posibilidades de acceder a pensiones de vejez, lo que incrementa significativamente las posibilidades de caer en la indigencia tras la muerte de sus cónyuges. Además, en muchos países, las viudas no tienen derecho a cuentas bancarias ni a pensiones, lo que dificulta su acceso a servicios médicos vitales.
En países como India, es común encontrar a viudas mendigando en las calles para poder sobrevivir y cuidar de sus hijos, enfrentando estigmas y obstáculos para reintegrarse al mercado laboral o reconstruir sus vidas personales. Las madres solteras y las mujeres mayores solteras son especialmente vulnerables a la pobreza y requieren una atención urgente.
Ante esta realidad, Manos Unidas ha unido fuerzas con Bala Vikasa, una organización local que lleva a cabo proyectos en los estados indios de Telangana y Andhra Pradesh, para brindar a estas mujeres formación profesional, medios de producción y asesoramiento legal, social y psicológico. Mediante esta iniciativa, se les ofrece la oportunidad de desarrollarse como individuos, mujeres y madres.
Madhavi una joven de Manipothulagadda (cerca de Narasampet, India) perdió a su madre con cinco años y su padre la casó con 12. Tras tres años viviendo con su pareja tuvieron su primer hijo, pero cuando este tenía cuatro el padre falleció en un accidente, dejando a una joven de 18 años sola. En su poblado nadie apostaba por ella, murmuraban a su paso y dudaban de su capacidad para salir adelante, eso sí, nadie se prestaba a ayudar.
Su situación era muy complicada, además de ser muy joven, Madhavi solo había podido cursar hasta octavo debido a las prematuras nupcias que se dan en estas regiones. Al siempre haber hecho de ama de casa no tenía recursos para ejercer ninguna profesión y sus posibilidades de encontrar trabajo estaban menguadas.
Algunas personas le sugirieron que fuera a las reuniones que celebraban Bala Vikasa y así hizo. Allí pudo, en primer lugar, encontrarse con personas en una situación muy parecida a la suya, con las que pudo empatizar y sentirte comprendida y arropada.Además de las diversas ayudas, talleres y charlas que daban, en el centro la seleccionaron para un programa de formación en sastrería.
A partir de allí abrió una tienda para ejercer como sastre empleando la maquina eléctrica que la propia organización le había proporcionado para sustituir una manual que ella tenía, con la que, además, podía incrementar muchísimo (x3) la eficiencia en la confección de vestimentas.
“En una época en la que padres y parientes desaparecen, Bala Vikasa vino a nuestro rescate. Hay muchos casos en los que las mujeres se suicidan debido a la discriminación contra ellas. Incluso yo ya habría muerto si Bala Vikasa no hubiera intervenido…”
“Nos sacaron de nuestras oscuridades, nos entendieron y nos dijeron que no era así como debemos vivir nuestras vidas”. “Es sólo gracias a Manos Unidas y Bala Vikasa que puedo vivir independientemente y cuidar a mis hijos”
El caso de Mamatha es muy parecido, ella es de Chityalpalem, se casó por segunda vez con 18 años y a los pocos días se quedó embarazada. Al año de nacer su hijo, el marido murió por problemas del riñón. Tras su fallecimiento la familia política de Mamatha le dijo que no la querían en su casa y tuvo que volver a casa de sus padres.
Ante esta situación su madre le dijo que fuera a las reuniones que organizaba Bala Vikasa, donde le ofrecieron participar en un programa de costura. Tras el curso le dieron una máquina de coser con la que ahora se gana la vida.
“La gente se mantenía lejos de mí mientras hacia sus quehaceres y nunca se me invitaba a ninguna celebración”
Antes de abrir la tienda Mamatha trabajaba todo el día por 150 rupias sin ni siquiera poder ver a su hijo, ahora, gracias a su nuevo trabajo, llega a ganar de 300 a 400 rupias y en los días festivos puede llegar a ganas 600.
“Estamos muy agradecidos a Bala Vikasa y a Manos Unidas por ayudarnos a tener una vida mejor (…) fue solo por la motivación que me dieron que pude ir a luchar por mis derechos".
Las organizaciones no solo brindan apoyo laboral, sino que también aconsejan a las viudas sobre la preservación de su identidad cultural y personal, alentándolas a mantener sus tradiciones como el uso del bindi (un punto en la frente en la cultura hindú) y los brazaletes.
El Día Internacional de las Viudas, conmemorado el 23 de junio desde 2011, busca concienciar sobre la situación de este colectivo y la importancia de su empoderamiento para la erradicación de la pobreza. Es fundamental seguir trabajando para garantizar que estas mujeres tengan acceso a derechos equitativos y oportunidades que les permitan vivir una vida digna.
En un mundo en el que la desigualdad está patente en todos los órdenes de la vida, Manos Unidas trabaja para evitar que esa inequidad marque la vida presente y futura de las mujeres.
