736 millones de mujeres son víctimas de violencia.
Hoy, 25 de noviembre, tiene lugar el “Día de la Erradicación de la violencia contra la mujer”, una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas y que, en su faceta física o sexual, afecta a una de cada tres mujeres en el mundo.
La violencia contra la mujer, en sus múltiples formas, sigue siendo una pandemia global que afecta a millones de mujeres en todos los rincones del planeta. «Las mujeres continúan enfrentando discriminación y violencia tanto en la esfera pública como privada, con frecuencia sufriendo restricciones legales y culturales que limitan su acceso a derechos básicos como la educación, la salud, la propiedad y la vivienda. Además, en muchas regiones persisten prácticas que las obligan a contraer matrimonios forzados o les impiden heredar propiedades, perpetuando su vulnerabilidad», explica María José Hernando, del departamento de estudios de Manos Unidas.
La ONU define la violencia contra la mujer como «todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico», lo que abarca, también, amenazas, coacciones y la privación arbitraria de la libertad.
«Y entre estas violencias, que tienen efectos devastadores y duraderos, no solo sobre la salud física y mental de las mujeres, sino también sobre su capacidad para acceder a oportunidades y tomar decisiones en sus vidas, se encuentran, también, la trata de personas, la mutilación genital femenina o el matrimonio infantil, que se dan, fundamentalmente, en los países en los que trabajamos en Manos Unidas», denuncia Hernando.
De los 736 millones de mujeres, casi una de cada tres, que serán víctimas de violencia física o sexual a lo largo de sus vidas, las más vulnerables son aquellas que pertenecen a minorías étnicas, viven en situaciones de conflicto armado, son migrantes o refugiadas, o tienen una orientación sexual diferente. Porque, explica María José Hernando, «a pesar de los avances en la lucha por la igualdad de género, la impunidad sigue siendo una constante, especialmente cuando las víctimas pertenecen a los sectores más pobres y marginados».
En este contexto, «desde Manos Unidas trabajamos activamente para erradicar la violencia contra las mujeres en América Latina, Asia y África, a través de proyectos que buscan erradicar la violencia y las causas que la perpetúan», asegura Hernando. «Y lo hacemos promoviendo la capacitación y el fortalecimiento de las mujeres y niñas, garantizando su acceso a derechos fundamentales y a una vida digna».
El trabajo de la ONG de la Iglesia católica y de sus socios locales se enfoca en sensibilizar a las comunidades sobre la importancia de la educación y la prevención, con el fin de crear redes de apoyo y justicia que combatan la violencia y la impunidad y que permitan a las mujeres vivir libres de violencia y participar activamente en la toma de decisiones de sus comunidades. «Porque todos podemos contribuir a la lucha contra la violencia de género, creando una sociedad más justa e igualitaria para las mujeres y niñas de todo el mundo”, afirma Hernando.
En los últimos cinco años, Manos Unidas ha destinado más de cuatro millones de euros a 48 proyectos que han beneficiado a casi 134.000 mujeres y niñas en América, Asia y África. A continuación, os dejamos un ejemplo de uno de los proyectos de Manos Unidas en uno de los países donde hubo que tomar medidas especiales para frenar la crisis de la violencia contra la mujer: Sierra Leona.