Noticias Manos Unidas - Haití - El lento paso de las horas
NOTICIAS 14 de marzo de 2011
El lento paso de las horas
Se hacen eternas. Vividas una tras otra. Saliendo a trabajar los pocos afortunados que tienen trabajo. Estamos en el campo de Pencinat donde viven 497 personas. La gestión de este lugar la lleva un comité formado por 6 miembros. La voz cantante la lleva Calixto.
Muchos ofrecen, en sus propias tiendas, los productos más diversos: chucherías, bebidas, carbón, comida. Y en la calle, como en cualquier calle, los niños juegan y elevan al aire sus cometas: cuatro palos, un plástico viejo y un trozo de cuerda. Viéndolas subir hacia el cielo muy alto muy alto, nos preguntamos si con ellas no subirán también los sueños de estos niños acampados desde hace 14 meses y con un futuro tan incierto.
A la puerta de su tienda, entre caramelos, frutas, golosinas y verduras que vende su madre, juguetean Gaelle, de 4 años, y Maika, de 8. Son seis en la familia, que sostiene la madre con este puesto de plástico azul, repintado por una nube perenne de polvo grisaceo que produce la calle sin asfaltar y que todo lo cubre.
Gaelle no va al colegio y no sabe decir por qué. Maika sí que va y lo hace contenta cada día. A Maika le gusta jugar con sus amigas y quisiera ser médico. Su hermana pequeña, sin embargo, lo que de verdad quiere es trabajar. Su esperanza es volver a su casa y volver a su tiendecita de toda la vida.
Su madre insiste: “Sí, claro que volveremos; si Dios existe”.
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