Un año más, y a pesar de la distancia geográfica que nos separa, Manos Unidas ha querido estar presente en la “Semana de la Paz 2018” que se celebra en la ciudad de Mindanao, Filipinas.
La celebración de este año viene marcada por las consecuencias sociales que ha sufrido dicha zona a causa del enfrentamiento que tuvo lugar en Marawi (de mayo a octubre de 2017) entre el ejército filipino y grupos armados radicales (ligados al Abu Sayaff, el ISIS y clanes locales radicales). Como consecuencia del conflicto, se declaró la ley marcial para todo Mindanao que aún está vigente hoy en día.
Sin embargo, recientemente se ha abierto una puerta a la esperanza (no sin incertidumbres) con la aprobación de la Ley Orgánica del Bangsamoro, por la cual se abolirá la actual Región Autónoma del Mindanao Musulmán (ARMM, en inglés) para crear una zona que tendrá un gobierno regional, mayor autonomía fiscal, además de parlamento, policía y sistema de justicia propios. Una ley que supone el reconocimiento de los derechos del pueblo Bangsamoro, da respuesta a una demanda histórica de los grupos independentistas musulmanes, y amplía la autonomía de la región de mayoría musulmana en el sur del país.
El conflicto, al que esta ley puede ayudar a solucionar, no se ha limitado a una confrontación entre el ejército y grupos armados, sino que, desgraciadamente, y como suele pasar en estos casos, ha trascendido a las comunidades de la región.
Allí, en Mindanao, donde se da una convivencia no pacífica entre diferentes etnias, religiones y culturas, Manos Unidas y su socio local ZABIDA no han dejado de apostar por la construcción de la paz en la última década, con el apoyo de la Cooperación Española. Sobre todo, en la zona sur, una de las regiones menos desarrolladas del país y donde existen los mayores índices de pobreza.
Allí, la acción conjunta de Manos Unidas y ZABIDA es integral, porque ambas organizaciones son conscientes de que la paz se construye desde la seguridad y la igualdad de oportunidades y porque saben que, detrás del conflicto, hay factores de desigualdad, marginalidad, pobreza, alta vulnerabilidad y abandono de las autoridades que también deben de ser eliminados para poder lograr un futuro en armonía para todos.
Cada año, en la “Semana de la Paz de Mindanao”, se pintan varios murales como muestra de la implicación de sus habitantes en la construcción de comunidades en paz, desde el diálogo, el respeto y la convivencia. La decoración de uno de esos murales la realizan varios soldados que sueñan con dejar atrás el conflicto de forma definitiva y que su intervención sea parte del pasado y no vuelva a repetirse. Esta foto recogen la participación de este año.