Mercedes Hullalpa, viuda y con una hija pequeña, trabaja en los yacimientos mineros de Japo. Con su hija a la espalda, se abre camino en un entorno duro, con muy poca presencia de mujeres.
El Centro de Investigación y Servicio Popular, con la colaboración de Manos Unidas, impulsa un proyecto para generar alternativas productivas lideradas por mujeres de los centros mineros. El objetivo es apoyar a mujeres que, como Mercedes, están decididas a sacar adelante los talleres productivos de las cooperativas. Además, se dedican a la gestión de los servicios básicos de la comunidad y a trabajar por la promoción de la mujer en espacios de toma de decisión para el desarrollo de las localidades mineras.
Nuestra mirada a la igualdad se dirige esta vez a Bolivia, a la población minera de Japo, en Oruro. Allí, en un mundo reservado para los hombres, las mujeres mineras tratan de buscar en los yacimientos el sustento para sus familias. En una sociedad machista que las aparta, Mercedes, la joven viuda de nuestra historia, se esfuerza para dar a su pequeña hija una vida mejor que la suya.
Las mujeres desarrollan mayoritariamente empleos precarios en el sector informal con bajos ingresos y pocos derechos. (UNIFEM)
En todas las regiones en desarrollo la tasa de empleo vulnerable entre las mujeres supera la de los hombres
"Me llamo Mercedes Hullalpa. Nací el 2 de febrero de 1993 en Río Milluni, en el departamento de Potosí. Vivo en la localidad minera de Japo, en Oruro. Debido a un accidente en el interior de la mina, quedé viuda a finales del año 2010. Mi hijita Noelia Rubi, quien es mi tesoro, tenía entonces pocos meses de vida.
Desde entonces, trabajo junto a tres compañeras en los desmontes de la cooperativa, de la que soy socia. Cada mañana con las herramientas de trabajo (combo y cincel) y mi hijita en la espalda, salgo con la esperanza de hacer buena “carguita”[i]. Con mi trabajo logro reunir una o dos volquetas cada semana y por ello recibo entre 2.500 y 3.000 bolivianos cada dos tres meses, lo que me ayuda a cubrir los gastos de mi casa.
Ahora mis compañeras y yo nos hemos organizado para “ingresar” (empezar) a trabajar en interior de la mina en un sector que nos ha dado la cooperativa. Seguro que ayudará a sacar carga con “buena ley".
Tengo muchas ganas de aprender, por eso he participado de los cursos de tejido, Y me he comprado una máquina de tejer. Los buzos y chompas de varón que tejo, los vendo en el mercado de Oruro. Con eso también tengo más platita para hijita y para mí.
Antes yo era callada y no sabía cómo hablar, pero he aprendido en la escuela de mujeres líderes. Ahora puedo entrar a curiosear y hablar. Y los compañeros me dicen: ¡¡¡ya eres “capa”[ii] Mercedez!!!, y mi hermana me dice: ¡¡¡has despertado!!! Porque ahora sé que tengo derechos, pero quiero seguir aprendiendo. Aunque he vivido desde niña en las minas, porque mi padrastro y el papá de mi hijita eran mineros, pienso en unos 5 años más irme a Oruro, porque tengo mi casita y quiero levantar un negocio para que mi hijita crezca y viva mejor que yo y un día pueda ser una persona con un buena formación para la vida, porque yo he sufrido bastante desde chiquita y no quiero eso para mi hijita."
[i] Carga es el mineral de estaño que logran recoger en el trabajo de interior mina o en, en el caso de las mujeres, en los desmontes.
[ii] “Capa/o” es un término empleado para decir de alguien que es muy capaz.
Mercedes desarrolla su labor en la población de Japo, situada en el departamante minero de Oruro. La vida de las mujeres en ese entorno es extremadamente difícil. A la precariedad de las economías familiares, la escasez del agua potable y la necesidad de controlar su uso para consumo humano, hay que sumar las las condiciones de desigualdad que padecen por la persistencia de una cultura machista que las discrimina. La participación de la mujer en la toma de decisiones de la comunidad es casi nula debido a que que la baja autoestima les hace temerosas el expresar sus ideas en reuniones grandes.
Existen mujeres que, como Mercedes, están decididas a sacar adelante los talleres productivos de las cooperativas y esto es una motivación para que otras se hayan planteado dedicarse a actividades alternativas a la minería. Además, se dedican a la gestión de los servicios básicos de la comunidad y a trabajar por la promoción de la mujer en espacios de toma de decisión para el desarrollo de las localidades mineras.
Con la ayuda y asesoramiento de Cisep, Centro de Investigación y Servicio Popular, y la colaboración de Manos Unidas, el proyecto está orientado a generar alternativas productivas lideradas por mujeres de los centros mineros. De esta manera, estas mujeres podrán aportar ingresos a las economías familiares. Además, el proyecto está contribuyendo a la salud comunitaria a través del cuidado del medio ambiente y fortaleciendo la participación de las mujeres en la toma de decisiones, tanto en el seno de la familia como en el de la organización comunitaria.
Indicadores | % Mujeres | % Hombres |
---|---|---|
Población | 50 | 50 |
Horas trabajadas | 52 | 48 |
Dinero en propiedad | 10 | 90 |
Tierra en propiedad | 1 | 99 |
Crédito agrícola | 2 | 98 |
Pobres | 67 | 33 |
Adultos/as analfabetas | 70 | 30 |
Personas desnutridas | 80 | 20 |
Niñez no escolarizada | 67 | 33 |
Puestos parlamentarios | 17 | 83 |
Puestos ministeriales | 16 | 84 |
Puestos dirección económica | 14 | 86 |
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