Las negociaciones sobre la declaración final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible se acercan a su fin, y algunos observadores informan que el texto definitivo está ya cerrado y listo para ser firmado por los jefes de Estado y de Gobierno. CIDSE, la alianza internacional de agencias católicas de desarrollo a la que pertenece Manos Unidas, denuncia que el texto actual no cumple con lo que el mundo necesita con urgencia para un futuro más sostenible y justo.
“Si el texto se queda como está, esta conferencia será un fracaso histórico. Mientras que las personas más pobres y más vulnerables lo pagarán en primer lugar, el futuro de todos los seres humanos y el planeta se verá sombrío, debido a la falta de voluntad de nuestros líderes políticos”, dijo el secretario general de CIDSE, Bernd Nilles.
Antonio Manganella, miembro de CCFD-Terre Solidaire, perteneciente a CIDSE, dijo: “El texto da prioridad a los mercados y al crecimiento, y presenta la inclusión del sector privado como una panacea en la gobernanza y la cooperación internacional”.
El texto no aborda la responsabilidad de las empresas, especialmente las corporaciones multinacionales, en nuestra actual economía insostenible, que, hoy por hoy no tienen que dar cuenta de sus impactos negativos sociales y ambientales, y de las violaciones de derechos humanos.
Los negociadores no parecen darse cuenta de que este comportamiento irresponsable es uno de los principales factores que contribuye a los problemas globales a los que Río+20 intenta encontrar respuesta.
La plena realización de los derechos humanos es crucial para el desarrollo sostenible. Los gobiernos no pueden transferir esta obligación, incrementando con ello el papel del sector privado, y pedir responsabilidades corporativas voluntarias solo en sectores cruciales, como la agricultura y las industrias extractivas.
“La presentación voluntaria de informes no detendrá las violaciones de los derechos humanos. Necesitamos que la información corporativa sobre los impactos en los derechos sociales, ambientales y humanos de las operaciones de las empresas, en el propio país y el extranjero, sea obligatoria ", dijo la responsable de políticas de CIDSE, Denise Auclair.
En el texto no hay ninguna referencia a las medidas concretas para abordar los vínculos entre el cambio climático y la agricultura, que se necesitan con urgencia para garantizar la seguridad alimentaria de los más vulnerables.
“El texto contiene las zanahorias, pero no están los palos. No hay ninguna mención a las medidas reglamentarias necesarias para hacer frente al cambio climático, solo a los incentivos para la inversión privada en agricultura”, dijo Anika Schroeder, de Misereor, miembro alemán de CIDSE.
Para CIDSE, los retos sociales, ambientales y económicos del desarrollo requieren un marco único que se ponga en marcha a partir de 2015, cuando expire el periodo dado para la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. “Los gobiernos están peleando por llegar a un acuerdo que conduzca a otra iniciativa internacional con un propósito exacto aún no definido. El nuevo conjunto de objetivos debe producir un cambio positivo para las personas más pobres del mundo, que no clasifican la comida, el agua, la energía y el aire limpio del que dependen como problemas de pobreza o del medio ambiente; sólo quieren sobrevivir y vivir una vida decente”, dijo Bernadette Fischler, de CAFOD, miembro inglés de CIDSE.
