El primer tratado mundial vinculante para el control de la venta de armas en el mundo ha sido aprobado, por abrumadora mayoría, en un debate casi sin precedentes que concluyó con 154 votos a favor, 23 abstenciones y la oposición de Irán, Corea del Norte y Siria. Se trata de una victoria histórica que, entre otras cosas, dificultará el acceso a las armas en el mercado negro de grupos o individuos armados que siembran el terror en numerosos países del mundo.
El objetivo de este Tratado de Naciones Unidas, es prevenir y eliminar el tráfico ilegal de armas convencionales y evitar el uso de armas con fines ilícitos, incluida la violación de los derechos humanos. Así lo explica en un comunicado el secretario general de la ONU Ban Ki-moon: “El nuevo pacto dificultará que armas letales lleguen al mercado ilícito y que ayuden a los señores de la guerra, los piratas, los terroristas y otros criminales”.
El Tratado exige a las naciones reportar la venta de armas y evaluar si las armas que exportan podrían ser utilizadas para violar derechos humanos. El texto del Tratado (enlace adjunto) ofrece un amplio abanido de armas sobre las que se aplicará el pacto: carros de combate, vehículos blindados de combate, sistemas de artillería de gran calibre, aeronaves de combate, helicópteros de ataque, buques de guerra, misiles y lanzamisiles, armas pequeñas y armas ligeras.
Además, el Tratado pretende establecer normas internacionales comunes lo más estrictas posible para regular o mejorar la regulación del comercio internacional de armas convencionales y prevenir y eliminar el tráfico ilícito de armas convencionales y su desvío. Todo ello con el fin de contribuir a la paz, a la seguridad y a la estabilidad en el ámbito regional e internacional; reducir el sufrimiento humano y promover la cooperación, la transparencia y la actuación responsable de los Estados partes en el comercio internacional de armas convencionales, fomentando así la confianza entre ellos.
El tres de junio se abre el periodo para que los Estados miembros firmen y ratifiquen el Tratado, o bien que decidan abstenerse de formar parte. Tras siete años de debates, el tratado sobre comercio de armas entrará definitivamente en vigor una vez que 50 países lo hayan ratificado.
Se estima que el comercio anual global de armas oscila entre los 60.000 y 70.000 millones de dólares, y que la cifra del gasto militar en el mundo supera con creces en billón de dólares, frente a los 19.000 millones dólares asignados a la lucha contra el hambre y la malnutrición.
Además, cada año, las armas convencionales provocan la muerte de unas 750.000 personas.
La Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas, explica en su web qué son estas armas y cuáles son las consecuencias de su uso.
“Cuando terminó la guerra fría, la comunidad internacional fue testigo de una proliferación de conflictos internos en muchos países alrededor del mundo donde las armas pequeñas y las armas ligeras son las armas preferidas. Aunque no son la causa de estos conflictos, esas armas contribuyen a la escalada de la violencia, fomentar el uso de niños soldados, lo que dificulta la asistencia humanitaria y demora la reconstrucción después de los conflictos y el desarrollo.
Se estima que entre el 40 y el 60 por ciento del comercio de las armas pequeñas es ilícito. La lucha contra la proliferación de este tráfico es un elemento clave de los esfuerzos para un mejor control en los planos internacional, regional o nacional de todos los aspectos de la cuestión de las armas pequeñas”.