Economías sostenibles

Los pueblos indígenas y sus economías sostenibles

Mientras que en Occidente pensamos en nuevas formas para afrontar los desastres del cambio climático, los pueblos indígenas llevan a cabo desde hace milenios economías sostenibles que pueden servirnos de alternativa, por lo que se hace esencial tenerlas en cuenta y protegerlas.

El discurso global occidental sigue centrado en investigar cómo podemos adaptarnos a estos cambios  de la mano de la tecnología y la ciencia. Sin embargo, los pueblos indígenas además de no tener acceso a estos avances tecnológicos, poseen las claves para hacer frente al problema.

Las formas de economía indígena son economías sostenibles, como por ejemplo, los sistemas tradicionales de cría de ganado, el aprovechamiento de los bosques tropicales o la práctica de cultivos rotativos, de manera que logran así conservar y aprovechar ecosistemas frágiles, como los bosques de manglares, humedales, el Ártico o los bosques tropicales. Mediante la observación de la naturaleza, muchos pueblos indígenas desarrollaron un conocimiento que les permite adaptarse a ciertos fenómenos naturales. Abajo lo ilustramos con algunos algunos ejemplos.

Por otra parte, los awas tara del Caribe nicaragüense han iniciado otro proyecto local en referencia con las fuentes de alimentación. Empiezan a diversificar y alternar la agricultura con la pesca, así como rescatar nuevamente la siembra variada de cultivos, reduciendo así en mayor medida las temporadas de hambruna cuando algunas cosechas se pierden a causa del cambio climático.

No obstante, las mujeres y sus redes sociales son de importancia vital para mitigar los efectos de los desastres y reducir los riesgos. A menudo son ellas las más eficaces a la hora de promover el cambio social necesario para que las comunidades sean capaces de controlar los desastres y reconstruir su medio.

En Bolivia, los aymara están llevando a cabo estrategias para lidiar con las sequías, iniciando el proceso de recolección de agua de lluvia en pequeñas presas, llamadas localmente como "guthañas", para hacer frente a la sequía y asegurar el acceso al agua tanto para los habitantes de la zona como para los animales domésticos.

Sin embargo, no es suficiente recopilar y documentar las estrategias de adaptación. Para que el conocimiento indígena se consolide y siga desarrollándose, las formas de vida de los indígenas deben ser respetadas y fortalecidas. El derecho al uso de sus territorios y la posibilidad de determinar el propio desarrollo constituyen una premisa esencial para ello. También, en el marco de la discusión sobre el clima, surge, una y otra vez, la reivindicación del reconocimiento del derecho a la tierra.

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