Violencia de género

Día Internacional contra la Violencia de Género

El Día Internacional contra la Violencia de Género se celebra cada 25 de noviembre, para reivindicar y luchar contra la violencia hacia las mujeres. Se realiza este día para conmemorar a las hermanas Mirabal, tres mujeres activistas políticas, que fueron asesinadas en 1960 en la República Dominicana por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo.

La celebración de este día tiene por objetivo luchar y reivindicar el gran número de situaciones diarias en que la mujer es sometida a violencia, ya sea física, psicológica, estructural o institucional.

Estas formas de violencia se relacionan y afectan a las mujeres desde su nacimiento hasta la etapa adulta. Algunos tipos de violencia, como el tráfico de mujeres, cruzan las fronteras nacionales y se convierten en un negocio global, fenómeno que marcará su vida y imposibilitará su autonomía personal, como ser humano.

La violencia contra las mujeres se podría considerar, en mayor o menor medida, un acto universal que se da en todas las sociedades. De ello resulta la relegación de la mujer al espacio doméstico, pues es vista como reproductora de la familia y el hogar, y esto la aparta de la esfera pública y de la toma de decisiones.
 
Las mujeres que experimentan violencia lógicamente tienen una amplia variedad de problemas de salud, tanto físicos como psicológicos. Esto provoca una disminución de su capacidad para participar y aparecer en la vida pública. Esta violencia, no sólo afecta a la mujer, sino que se extrapola a las familias y comunidades, y retroalimenta y legitima las desigualdades sociales. Más concretamente, ayudan a la no proclamación y realización de los derechos de la mujer como persona y componente de la sociedad.
 
La mujer se crea cultural y socialmente en oposición al hombre, y lo que se espera de ella / él (socialmente) va variando en función del contexto histórico y cultural en que nos fijamos, influenciado por las características del momento y las relaciones de poder implícitas. Por tanto, podríamos decir que las desigualdades de las mujeres hacia los hombres se derivan de una lucha de intereses creados y por tanto modificables.

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