Soluciones a la pobreza extrema

¿Podemos acabar con la pobreza extrema en el mundo?

En 1998 la ONU sugirió que si los países del norte destinaran 40.000 millones de dólares durante 10 años, el Sur tendría acceso a los recursos básicos (alimentos, agua potable, educación y la sanidad) para acabar con el hambre, el analfabetismo y las enfermedades más importantes del mundo.

En cambio, el planeta, lejos de seguir estas recomendaciones, ha seguido malgastando los recursos en beneficio de unos pocos. Así encontramos que los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) destinan 1.340 mil millones en gastos militares, o que el mercado mundial de drogas mueve cada año unos 300.000 millones de dólares.

Sin embargo, no todo son malas noticias; hay muchos grupos que hoy en día luchan por la erradicación de la pobreza extrema. Uno de los Objetivos del Milenio, quizás uno de los más ambiciosos, es erradicar la pobreza extrema y el hambre en el mundo.

De este modo, varios informes afirman que en América latina la pobreza extrema ha disminuido considerablemente en los últimos años, gracias, por ejemplo, al empuje de las políticas de Lula da Silva en Brasil impulsadas en esta dirección. En este sentido, entre 2001 y 2008 la pobreza extrema ha bajado un 11% en Brasil, lo que es lo mismo que decir que hay 21 millones menos de pobres. Otro factor de la disminución de esta pobreza extrema es el desarrollo económico de Asia Oriental y Sudoriental. Mundialmente también se ha reducido la pobreza extrema, y frente a los 1.250 millones de personas que vivían en esta situación en 1990, actualmente hay 923 millones.

Hoy tenemos la tecnología y la capacidad de producir alimentos suficientes para abarcar toda la humanidad. El problema, sin embargo, no se encuentra tanto en la producción como en la distribución de los recursos, conocimientos y mercados y el acceso desigual a los mismos. El objetivo de erradicar esta pobreza extrema pasa pues por mejorar en este aspecto, y conseguir un reparto más justo de los recursos y su acceso. Voluntarios, grupos, asociaciones y ONGDs hacen mucho por trabajar en este aspecto, y tú tienes mucho que hacer. Está en manos de todos colaborar para cambiar esta situación que tantas personas padecen.

Víctor de Paz

Suscríbete a la newsletter

Informarse es el primer paso para actuar.

Suscríbete