Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.
El proyecto se localiza en tres comunidades del municipio de Paz de Ariporo, departamento del Casanare, en el resguardo indígena de Caño Mochuelo. La población beneficiaria llegó a este lugar en los años ochenta, como consecuencia del proceso de reducción del territorio por la colonización mestiza y blanca; las políticas del Estado favorecieron la agroindustria en territorios ancestrales y la presencia de grupos armados.
La recolección permanente de alimentos como práctica de subsistencia constituye un mecanismo de cohesión que refuerza las relaciones sociales entre los miembros de la comunidad; y desde esa premisa parte el proyecto.
La Corporación Claretiana Norman Pérez Bello es una ONG fundada en el año 2003, con el objetivo de acompañar a personas y comunidades víctimas de la violación de los derechos humanos.
El proyecto, en esta segunda etapa, en contexto de pandemia y post-pandemia Covid-19, propone seguir apostando por la pervivencia de los pueblos indígenas Tshiripus, Yaruro y Amorúa, fortaleciendo la apuesta de generar, con las actividades propuestas, arraigo y permanencia en el territorio para evitar los contagios y mantener la pervivencia de los pueblos que ahí se asentaron.
Las acciones formuladas se soportan en un trabajo integral con los actores locales (comunidad, capitanes, consejeros, junta de cabildo, docentes, autoridades ancestrales, médicos, parteras, líderes y lideresas), intentando desestimular el asistencialismo y fomentar el propio desarrollo, valorar la identidad y autonomía, reduciendo las amenazas de pérdida de territorio, y la extinción física y cultural.
En Colombia se firmaron los acuerdos de Paz con las FARC en 2016, pero la falta de compromiso del Gobierno a la hora de cumplir los términos del acuerdo, la impunidad de los actores armados ilegales/paramilitares, el narcotráfico y la incapacidad de llegar a un pacto con la guerrilla del ELN, ejercen una fuerte presión sobre las comunidades indígenas y les someten a un estrés vital con peligro de generar su extinción.
Es en este contexto donde Manos Unidas considera necesario apoyar el trabajo y la estrategia de los defensores de derechos humanos, que ven peligrar su propia vida por facilitar su acompañamiento a estas comunidades.
Los beneficiarios directos de este proyecto son 479 personas.
Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.